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AÑO CHRISTIANO.
En fin
abrasado este gran Santo
en el
amor de
Je –
su-Christo ; encendido en una indeci&le ternura con la San–
tísima Vírgen María, de quien era devotísimo ;
ado.rnado
del don de profecía, y de milagros, siendo la veneracion
de las Cortes,
y
de casi todas las Naciones del Universo;
el azote de los Hereges ; el terror de lós demonios ; el or–
namento de la Iglesia ;
la
maravilla del mundo ;
.el
asom–
bro de su siglo ;
a
los ciento
y -
cinco años de su
edad,
habiendo pasado ochenta y cinco en los exercicios de la
mas rigurosa penitencia , despues de haberse despedido
t iernamente
e
sus amados
iseípulos, recibiendo de elloi
.los t'Iltimos abrazos, extendió sus pies, y dexando ver ea
~
·su venerable semblante una extraordinaria alegría ,
a
vis–
t a
de los Espíritus Celestiales , que estaban presentes para
ser testigos de su último aliento , entregó el alma
a
su
Criador el dia
17
de Enero del año de
356
que se contaba
el noveno del Imperio de Constando. Sus discípulos exe–
cutaron religiosamente las órdenes que les dexó en
su
úl'l'"
tima voluntad ,
ó
especie de testamento. Mandó que en–
tregasen
a
San Athanasio una de
sus
túnicas ,
y
el manto
con que murió ; otra túnica la dexó
a
San Serapion, Obispo
de
Thumis, y ordenó que enterrasen su cuerpo en secre–
to , sin descubrir. jamás
a,
nadie el lugar . de su sepultura.
Con efecto estuvo oculto por algun tiempo ; pero luego
fue celebrada en toda la Iglesia la memoria
de
este San–
to , especialmente en Oriente' , donde desde luego se co–
menzó
a
solemnizar su fiesta con la mayor
celebr i dad ~
Ce'rca de doscientos años despues
fue
descubie i: to
el
santo cuerpo. Hízose con gra:n pompa
su
translacibn
a
Alexandría,
y
despues
a
Constantinopla,
qua~do
los Sar–
racenos se apoderaron de Egipto. Ultimamente ácia el
fi n
del décimo siglo, habiendo hecho el viage de Ja Tierra
Santa
un
Caballero de ,V.icna en · el Delfinado't muy devo·
to. de San Antonio, pasó
a
Constantinopla,
y
obt uvo del
. Emperador aquellas preciosas reliquias 't que traxo consi–
go
a
Francia.
Dió
principio
a
la
célebre Iglesia de
la
, adía en una heredad suya, llamada
la
Mota , en
la
Diócesis de Viena, que
despues.
tuvo
el
nombre de San
Antonio. El .año d.e
1089·
mzorgrandes estragos en- toda-
la.
Francia
ll.Oaenfermedad llamada fuego sacro; y experi–
mentandose
que eta eficacísimo "remedio
contr
ella
la in-
vo-