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ENERO. DTA X.

Hallóse muy indispuesto el dia de Reyes;

mas

no por

eso dexó de predicar, como lo acostumbraba. Dió prin–

ci pío

a

su Sermou por estas palabras :

Esta es la hora de

salir del letargo en qutJ hemos.estado hasta aquí;

y al aca–

bar el Sermon se despidió de su Pueblo. Como todos es–

taban persuadidos

a

que .se hallaba dotado del don de

profecía, nadie dudó que pronosticaba su muerte. El do–

lor del auditorio se comunicó presto

a

toda la Ciudad,

donde fue general el llaneo y la tristeza.

A

penas se retiró

el Santo

a

su casa, quando pidió que le administrasen los

Sacramentos, que recibió con singularísima devocion, y

con particular ternura. Pasó .t1asta el dia diez en oracion

casi contínua , y en una íntima union con Dios, pronun-

. ciando sin cesar los dulcísimos nombres de Jesus, y de

J\4aría., en quienes teaia colocada toda su confianza. Aun–

que siempre ha1'ia dormido sobre un poco de paja, qui–

so

tener

e1

consuelo de morir sobre la ceniza y el cilicio.

En fin, habien':iose querido esforzar

a

rezar los Maytines

del dia, al acabar el primer salmo, rindió tranquílamen–

te el espíritu al Criador el dia

10

de Enero del año

1209.

Hizo su muerte en los corazones de todos el efrcto

q4e hace ordinariamente la muerte de Jos Santos. Cada

uno lloraba

a

su Pastor,

a

su

Pr.otector, y

a

su Padre. To–

dos querían besarle los pies , invocando su íntercesion pa–

ra con Dios, y refiriendo cada qual alguna maravilla

o

milagro de su vida. Antes de morir mostró deseo de que

su cuerpo fuese enterrado en su querido desierto de Cha–

lis ; pero toda la Ciudad de Bourges se puso en armas pa–

ra conservar este tesoro. Fue, pues, sepultado en la Igle–

sia Metropolitana de dicha Ciudad, celebrándose sus

fu-

11erales con tanta solemnidad , y con tanto concurso de

los Pueblos comarcanos , que pudo parecer testimonio de

que ya desde .entonces le veneraba la Ciudad .-:orno uno

de sus Patronos. La fama y la muititud de milagros obra–

dos en su sepulcro , movieron al Arzobispo Girardo , su–

cesor de Guillermo ,

a

elevar de la tierra el santo cuerpo,

, ocho años despues de su muerte. Hiciéronse desp11es las

informaciones en orden

a

su Canonizacion por autoridad

del Papa Honorio

111,

y

se

celebró la ceremonia en Roma

con el mayor aparato el día do's de Julio de

1218,

al no–

yeno año de su dichoso tránsito, mandando el Papa por

una