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106

AÑO CHRISTIANO.

)

de carne, aunque se servia en su mesa siempre que había.

convidados. Su Palacio estaba abierto para todos; solo

e_s..:

.taba cerrado para lc;is mugeres ; con las quales nunca

ha–

blaba , sino en caso muy preci

o ,

y entonces en· la

Igle–

sia. Calificábase de nimiamente rígida esta severidad; pe–

ro ¡espondia siempre , que un Obispo nunca podía ser

nimiamente rígido

en

esta materia. Habiendo sido arres–

ta.dos ciertos Diocesanos suyos, por haber defendido los

derechos de

la

Iglesia con- mas zelo que prudencia, no per–

donó

a

diligencia alguna con los Jueces pa-ra -que los die-·

sen libertad; pero viendo que eran inútiles todos sus

ofi–

cios, se puso

·a.

1a puerta de la carcel , resuelto

a

no salir

de allí hasta lograr

e~

fin de sus caritativas.instancias. Es–

ta caridad ablandó el corazon de los Jueces,

y

dieron

li–

bertad

a

los encarcefados.

Por muchas

y

graves ocupaciones que tuviese, jamás

abrevió, ni mucho menos omitió ninguno de sus exerci–

cios espirituales. Todos los dias tenia dedicadas algunas

horas, que infaliblemente pasaba en un profundo recogi–

mien to y retíro. Tenia siempre la muerte delaute de los

ojos ; y acostumbraba decir que este pensamiento era un

soberano remedio para todas las enfermedades del alma;

siendo su mayor ron.suelo asistir

a

los moribundos.

Su

li–

beralidad con los pobres era una prueba concluyente de

su desinterés; y repe1ia

mucha~

ve.ces, que no babia cosa

mas indigna de un Obispo que ,atesorar dinero. A los po–

bres los llamaba sus acreedores;

y

quando repartía entre

-ellos casi tmias

sus

rentas, deoia con gracia:

Vamos poco

a

poco saliende; de trampa.s

y

de

deudas.

.

Pero en medio de una santidad tan eminente, no se

li–

bró de aquellas prueba&. con que suele

Dios

purificar

la

virtud de sus siervo-s. Padeció. algunas persecuciones por

parte de aquellos

a

quienes incomodaba su exacta regula–

ridad, p01:que

~ra

cemsura de su

desr~glada

vidaJ Los Mi–

nistros del Rey

Felipe

Aw.gus.to

ex.e.rcitaron por algum tiem–

po su paciencia ; pero triunfó de todo con la -..dulzura

y.

con la

hurnild.ad

.. ;Anünado ,dé un ardiente zelo por la glo–

ria de Dios , se dis.p0nia

a

ir

a

combatir la heregía de los

Albigenses, quando el Cielo le dió

a

entender

hama

lle.;.

g~do

t:l tiem·po_ d.e ,recibir el glorioso premio de tantas oeras

vtctonas.

Ha-