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EX ERCICIOS
Diciembre. posible , que no se podia creer. Viendo el Santo
que no cesaban las lágrimas, les dixo con un tono
de seguridad: la confianza que tengo en la divina
misericordia, me hace esperar que no perecerán las
personas , que he pues to baxo la proteccion de la
SantísimaVirgen,
y
por las que he hecho voto de de–
cir tres Misas en nuestra Señ ra
á.elMonte. Dixo
al Capitan, que hiciera subirá alguno ála gávia, pa–
ra ver
si
acaso parec ia la chalupa. El Santo pasó
todo
el
día en plegarias;
y
saliendo de su retíro por
la tarde, preguntó, si había parecido la chalupa; no
le respondieron sino con la risa ; dixo que se ba–
xáran las velas, para dar tiempo
á
la chalupa de a•l–
canzar al navio. Se reían interiormente de la confian–
za del Santo, quando un niiío, que estaba sentado
al pie del ·arbol mayor exclamó repentinamente: mi–
lagro , milagro , miren ustedes alli la chalupa ; en
e.feéto abordó la chalupa, quedando todos admira–
dos
y
gozosos; abrazaron
á
aquellos hombres , que
ya creían perdidos; pero se sorprendieron todavía
mas, quando supieron que habían ven.ido en medio
~
de la mas horrible tempestad que se vió jamás , sin
que temieran, ni perecer ni descaminarse ; porque
decían que el Padre Xavier era su piloto, y su pre–
sencia los aseguraba.
Habiendo arribado
á
Maláca el santo Apóstol,
toma la resolucion de llevar á la China las luces de
la fe. Aunque se ofrecían muchas oposiciones, capá–
ces cada una de trastornar una empresa tan santa,
Xavier, superior
á
todos los obstáculos quando se
t rataba de la gloria de Dios
y
de ·la salvacion de las
almas, no se acobardó. Deseaba que se enviára una
·
em-