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EXERCICIOS
Diciembre.'' por testigo de quanto digo no solo á la tierra
y
á
,,las naciones que la habitan, sino tambien á todos
,, los elementos hasta el Cielo de la Luna ;
y
les pro–
" testo
y
declaro por las palabras de mi boca, que
,, tu Rey está sin valor ni reputacion ; que sus estan–
,,dartes abatidos no podrán enarbolarse jamás sin
el
"permiso del que acaba de vencerle ; que por la
,,viétoria que h.emos conseguido, tiene mi Rey á sus
"pies la cabeza del tuyo,
el
qual desde este dia es su
"vasallo y su esclavo; y para que tú mismo con–
,,fieses esta verdad, te desafio al combate
en
el
sitio
,, donde estoy al presente , si te sientes con bastante
,
.
. .
"ammo para resistirme."
Aunque la carta del General bárbaro era ridícu•
la
y fanfarrona, no dexó de poner en gran conster–
nacion
á
todaMaláca. Solo Xavier, lleno de confian–
za en Dios, animó
á
aquellos espíritus abatidos,
y
dixo al Gobernador:
Si los bárbaros tienen tantos
navios y tropas, nosotros tenemos
en
nuestra ayuda
al Dios de los Exércitos:Es menester irá presentar–
les la batalla.
~Pero
cómo nos embarca-rimos, dixo
el Gobernador,.
y
en
qué
navfos~
pues de ocho ba–
~eles
grandes que babia en el puerto ,solo quedan sie-.
te cascos de fustas enteramente maltr.a-tados
,y
quan–
do pudieramos servirnos de elles,
~·qué
sería esto con..
tra una esquadr:a tan
numerosa~
Es
verda~
, replicó
el
Santo sonriendose, que las siete fustas son viejas,
y
solo buenas para el fuego; sin embargo ,
que·
se
dispongan
á
toda priesa. Nadie se atrevió
á
replicar
á
una orden tan precisa del varon de
Dios.
En dos
días se aprestaron las fustas;y apenas habían levado
áncoras para ir
á
buscar al enemigo , que se había
des-