EXERCICIOS
Diciembre. hacer en las Indias. Apenas se dexó ver, quando toda
la Ciudad mudó de faz por sus predica iones ; y es–
ta mudanza de costumbres se hizo visible hasta en el
palacio del Rey, así en la gente principal , como en
los criados inferiores. Quisieron detenerle en Portu–
gal; pero fue preciso ceder
á
los designios de la Pro–
videncia. Al irse
á
embarcar le envió el Rey quatro
Breves del Papa; en los dos le nombraba el Sobe–
rano Pontífice Nuncio Apostólico,
y
le daba pode–
res amplísimos ·para extender
y
conservar la Fe en
todo el Oriente ; en los otros do
le recomendaba
su Santidad á los Gobernadores de las
I
las.
El
día
7.
de Abril de
154r.
partió de la Bahía de Lisboa con
el Padre Paulo de Camerin, Italiano , y con el Pa–
dreMansilla ,Portugués. El viage
fue
largo, pero
fue
todo él una. mision Apost6lica. Se contaban mas de
novecientos hombres en el baxél ;
y
se puede decir,
que fueron novecientas conquistas que hizo su zelo
para Jesu-Christo.Desde el primer_dia se desterraron
los juegos, las rencillas, las palabras indecentes, los
juramentos,
y
todos los desórdenes que la ociosidad
produce ordinariamente en los que van
á
bordo. Ofi–
ciales, Marineros , Soldados , todo se rindió á las
saludables instrucciones del hombre Apostólico.
Predicaba muchas veces al dia, confesaba, consola–
ba,
y
servía
á
los enfermos , haciendose todo para to–
dos , para ganarlos
á
todos para Jesu-Christo.
El
Virrey D. Alfonso de Sosa no pudo obtener del San–
to que comiese
á
su mesa una sola vez, queriendo
siempre Xavier vivir
y
mantenerse de limosna.
Los fri s insoportables de Cabo-Verde,
y
los
ca~
lores exéesivos de
la
Guinéa, con el
agua
y
las vian–
das