DEVOTOS.
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fert11os, estos cautivos son tal vez unos réprobos que
·Dia
XX.
maldecjrán
á
Dios eternamente en
los
infiernos; no
importa;
la
buena obra no por eso dexa de tener su
mérito
y
su recompensa. ¡Qué recompensa
y
quemé-
rito no tendrá la buena obra que se hace á las almas
del purgatorio, quando
á
mas de la buena obra
y
de
la caridad que le es comun con todas léj.s
o~ras
obras
de misericordia, se tiene la honra
·y
el consuelo de
ali iar, de regocijar , de sacar
~e
los mas terribles
tormentos
á
unas almas predestinadas,
á
unas espo-
sas de Jesu-Christo , auyos-puestos están se.Balados
en la mansion de la gloria! ¡Qué honra, qué ventaja
la de librar de una mazmorr?. á un Príncipe, á una
Princesa,
á
una Reyna! ¡qué no debe esperar n tal
Red ntor
!
Vemos el cuidado que ti ne la Iglesia de
no dexar pasar mes alguno en el afio, sernana alguna
en
el
mes, ni dia alguno en la semana , sin hacer al-
guna oracion por el alivio de las almas del purgato-
rio·
y
esta de ocion está prodigiosamente autoriza-
da con la práB:ica de todos los siglos.
La Misa es la que se dice ordinariamente'por los di–
funtos,
y
la oracion la siguiente:
F
idélium, Deus óm–
nium cónditor
&
redémptor
,
animabus
famulorum ,famuJarrím-
.
.
~
que tu rum remzsszonem
crmctórum tríbue pecca-
torl11n:
ut
ind1iJgéntiam,
quam semper optavé–
runt, piis
suppli
atióni–
bus cons
quantur.
Qut
vivis,
&
regnas, &c.