·~ DE
VOTO S.
~97
juratá,
y
no haréis en él obra alguna
servíl:
dies
quo-
Dia
XV.
que ofJdvuserit celebérrímus,&c.
La Iglesia dispensa
en este día o&avo por lo que mira
á
la cesacion del
trabajo, mas no por lo que toca
á
la
oracion
y
á
la de-.
vocion ; aunque la celebridad sea menor , no lo de-
be ser la devocion interior ;
y
como el dia de la Oc.,.
t ava es la consumacion de la Fiesta , desea la Iglesia
que este último dia reuna , por decirlo así ,
y
p~rfec-
cione_todas las gracias que se: hubieren recibido en
los ocho días.
Y
así el
Rey
SalomÓN quando hjzo la
dedicacion del
Templo~
no despidió al pueblo hasta
el
dia oB:avo,
in die octáva dimísit pópulos.
El Hijo de Dios autorizó esta especie·de solem–
nidades, viniendo todos los años
á.
Jerusalén
á
cele–
brar por Ócho dias
la
Fiesta de
la
purificacion del
Templo,
y la
de su renovacion (a); como tambien
á
la que se llamaba de los Tabernáculos
ó
tiendas
(b),
á
la que novino una vez hasta
la
mitad
de
la Oétava;
y
el último dia de la OB:ava, que era el mas solem–
Jile, fue qua.ndo Jesu-Christo dixo en alta voz , que
si
alguno tenia sed acudiese
á
él ,
y
bebiese ; como
si
hubiese querido darnos
á
conocer quan pronto está
á
derramar sobre nosotros los tesoros de sus gracias
en el último día de la Fiesta,
y
quan ventajoso puede
ser el día de la OB::ava para los que le celebran con
devocion. No se duda que este rito se observa en la
Iglesia desde
e~
tiempo de los
Apóst~les
,:.como se
ve
por las Meneas de t0s Griegos.
-
·
No
hay
otras
que
las gra9Üés
Fiestas
que téngan'
rr
-
Oc-
· (a)
Jo(l;)J,
10,
(b,)
Joan.
7.
•