IIO
EXERCICIOS
Diciembre. qué satisfaccion,
la
de cumplir- con las obligaciones
de su estado, por poco que haya quedado de honra–
déz, de Religion,
y
de buen juicio!
~
á
quién puede
no gustar la dulzura
y
paz de una buena concien–
cia~·
La virtud doma las pasiones, que son los ti-_
ranos de nuestro corazon:
~y
qué ventajas no se si..
guen de esta viB:oria, al paso que los que son escla-.
vos de ellas, gimen baxo de sus cadenas? Por mas
que se disimule, por mas que
se
finja, por mas que
se afeéte una alegría siempre artificial, la que no su–
foca una sola pesadumbre, ni cura una sola herida;
esas inquietudes, esos temóres, ese mal hurnor que
acompaña siempre
á
todos los imperfeB:os, hacen
sin
querer
el
mas cumplido elógio de la virtud de las
gentes de bien;
y
publican, aunque no quieran, los
tormentos seer tos que despedazan
á
los libertinos;
al paso que las personas que cum
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plen con las obli–
gaciones de Christianos, gozan de una paz
inaltera~
ble; de un gozo
interior
que nada puede alterar , de
un bello humor que embelesa,
y
hace que envidien
su felicidad aquellos mismos que no siguen su exem–
plo. Si por cierto; mas cuesta el ser malo , que el ser
santo. Por mas que
el
mundo
y
los imperfeél:os gri–
ten
y
digan contra una verdad que les parece una
paradoxa, la experiencia confunde las falsas preocu–
paciones de los mundanos.
Haced , Señor , por vuestra gracia, que yo haga
en mí mismo esta
dicho~a
experiencia ;
ya
estoy
fir–
memente resuelto
á
no hacer cosa, que no contribuya
á
hacerme aspirar
á
la perfeccion de mi estado.
JA..