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VIDA DE LA
...
Padre Eterno en calidad de viétima el dia de su·· puri-
ficacion,
oia consentido , digamoslo así , en que mu–
riese por la redencion de
los
hombres ;
y
veis aquí
poi'
que guar_d6 el mas mudo silencio durante toda su pa–
·sion.
Resolvióse tambien por una especie de aliento
sob renatural ' ·
y
muy superior
a
su
sexo
y
a
su calidad
de
madre ,
a
acompañarlo al Calvario ,
y
asistir
a
su
muerte al pie de la Cruz , conforma ndose con los ines–
crutables designios de
la Providencia Divina. Todo
quanto la crue ldad de los verdugos h!zo sufrir
a
los
cuerpos de los Marty res , todo fue poco .,
y
aun debe
reputarse por nada , si se compara con lo que
Vos~
Virgen Santísima ,
padecis~e
en la muerte
de
vuestro
Hijo sobre el Calvario , dice San Anselmo. Los otros
fueron
Martyres , muriendo por J esu Christo., dice San
Geronimo; pe ro Maria lo
fue , muriendo con Jesu
Christo ,
o
por mejor decir, sobreviviendo
a
Jesu Chris–
to. Porque Maria , continúa el Santo, am' mas
a
su
Hi–
jo que todos los otros ., por eso sintió mas .dolor., vien-.
dolo padecer : en tanto grado, que la violencia de su dO:
lor penetró toda su alma de parte a __..parte.
En
los
otros
Martyres , dice San Bernardo, el graBde amor que te–
nían
a
Dios .,
aliviaba el dolor que les causaban sus_
tormentos; pero en Maria , el amor extremado con que
amaba
a
su H ijo ,
hacía
su martyrio -; y como
amó
a
J esu
Christo mas que todos los Santos juntos ., su mar–
tirio fue mas amargo
y
mas doloroso que el de
todos
ellos :
In áliis Mártyribus
magniáí.doamoris dolorem /e..
nívit passionis
;
sed beáta Virgo quanto plus amávit,
tanto plus dóluit
,
tantóque ipslus martyrium grávius fuit.
La pas ion dolorosa del Hijo fue con todas sus circuns–
tancias la pasion dolorosa de la Madre.
Con