SANTISIMA VIRGEN.
399
Con solo mirar
a
Jesu Christo en la C
z se con–
solaban todos los
Marty
res ;
pe.rorespeéto de Ja Santi–
tisima Virgen , este triste objeto era su mas doloroso
martyrio. Jesu Cbristo
consolaba ,
y
aun
llenaba de
-gozo interior
a
todos
los
Martyres enrnedio de los mas
crueles torm nto
; y algunas v ces lleg aba ha sta sus–
pender en su
fa
r Ja · éli id ad del fuego
n las calde–
tas de pi mo derreti¿o,
y
n los
ornos encen
ic;!os :
pe–
ro re
p
éto de . la
Virg
n Santisima, Jesu Chri sto
pa–
d~ciendo
y
muriendo
~s
el mayor suplicio de su Madre,
es para ella , dice San Bernardo , un mar de amar–
gura en que e tá anega o. Juzgad de la grandeza del
dolor , dice el Santo Abad , por lo grande d
1
amor:
ella sola padeció mas en su alma , que todos los Mar–
ty
res juntos padecieron en sus cuerpos :
luxta magni–
tzídinem
amóris
erat
vis doloris,
&c.
Ciert m nte , di–
ce
San Bernardino de Sena , el dolor que la. Santisirna
Virgen pad
ció
,
viendo espirar
a
su querido Hijo en
la Cruz , fue tan vivo , tan extraordinario
y
tan gran–
de , que si se hubiera repartido entre todas las criatu–
ras capaces de sentir , no hubiera habido una que no
hubiera muerto de dolor con sola la ;porcion que la hu–
biera cabido. El amor tierno
y
compasivo , dice Ar–
naldo
de
Chartres , hacía en el alma de Maria lo que
Jos clavos,
los
azotes , las espinas
y
la lanza haciah en
el
cuerpo adorable del Hijo. Tu
Hijo
,
V
irgen San–
ti ima , padeció en
el
cuerpo ,
y
tú en el alma , excla–
ma
San Buenaventura ; pero todas las llagas que · esta-
. ban divididas en cada miembro de su cuerpo, se halla–
ban juntas en tu corazon :
Sfngula vúlnera per eius cm'–
.
pus spársa
,
in tuo corde sunt unfta.
¡Oh ,
y
quanta
verdad es , Santísima Virgen , concluye Sa.n Bernardo,
qu.e