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VrnA
DE ·
LA
lo
poseeis
~. r.:ide
el primer instante de
mi
vida ;
vuestro
Santo Espifttu ha habitado en mi cuerpo desde enton–
ces como en su TempJo ; no permitais , Dios de pu–
reza , que este Templo sea manchado jamás.
No se duda que despues de algunas largas
y
fer–
vorosas súplicas , tuvo una secreta seguridad de
que
el matrimonio que contraherían , sierrdo ordenado por
la providencia divina , no serviría de obstáculo al cumw
plimiento
d~
su v.oto ;
y
que el esposo que el Cielo
la
destinaba , sería el custodio de
su
virginidad en el mii•
mo matrimonio.
§.X
IV.
' e
l;A SANTISIMA VIRGEN SE DESPOSA
con San Josepb.
L
Uego que la Santísima Virgen hubo cumplido
los quince años , se juntaron
SúS
parientes mas
cercanos , todos
de
la Tribu de Judá ,
y
de la familia
de David con ella. Entre todos los que estaban en es–
tado de casarse con Maria , se eligió
a
San Joseph,
a
· quien la divina · providencia había destinado desde
la
eternidad para ser el tutor ,
y
el padre legal
y
putativo
del Salvador, como esposo de Maria , Madre natural
y
verdadera de Jesus. Algunos son de parecer,
queer~
tio de la Santisima Virgen ,
o a
lo menos su
prirn.o
hermano ; lo cierto es , que era uno de sus parientes
mas ce·rcanos de la misma Tribu ,
y
de la misma sangre
real que ella. Aunque la fortuna lo había reducido
a
la
humilde
coudicion
de
arte~ano
, pues
era Carpinte-
ro;