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VIDA DE CHRISTO
eran la mayor parte Ptoselitos, que pensaban abrazar
el
Judaísmo.,
o
a lo menos que creía n
y
adoraban un
solo Dios..-Encaminaronse desde lueg
a
F lip ; man i–
fe tandole
el
deseo que tenian de ver a J e u-Chri t •
Felipe se lo dixo
a
Andrés,
y
entrambos se lo dixeron
a u Maestr_o. Jesus que se preparaba a mer
er on su
mu rte la salvacion de los Gentile , no menos que la
de los
J
udios, respondió a los dos Apóstok qu ha·
bía 11 gado la hora en que
iba
a
set glorificado;
y
que
como
el
grano
de
trigo no fruétifica , sino despues de
haber muerto ea la tierra en donde ha sido arrojado,
a
este modo su muerte seria semilla de una abundante
mies ; que los Fieles que serían el frut o de su muerte,
aprehenderían
a
irnitacion suya a aborrecer su vida en
este mundo '
a
fin de e nservarla para el
tr
;
y
que
caminando sobre sus huellas llegarían
a
la
mansion
de los bienaventurados.
Queriendo
el
Salvador prevenir el pensamiento
que podrian tener algunos, de que las hD'ffii.Haciones
y
la muerte nada habíao tenido de amargo
y
de terri–
ble para él ; que siendo Dios,habría embotado las pun..
tas del dolor, y disipado todos los terror es de la muer–
te, quiso sentirlos
y
experimentarlos,
y
esto sin admi–
t ir alivio; para ello excitó voluntariamente en su alma
una agitaci on tan viva, que le obligó a
decir: (a)Mi
es–
píritu está conturbado,
t,
qué diré
'?
Padre mio, libra–
me de esta hora. Luego, como para serenarse a sí mis–
mo , aiíadió : Peto para esta hora vine al mund . La
turbacion que el Salvador manifiesta aquí
a
vista de su
Pasion, le era enteramente Jibre
com
tambien
la
que
manifest~
pocos dias despues en
el
Huerto de los
Oli
os, dice 'fin erudito intérprete,
y
añade que la per-
(a)
Ioánn.
12.
fec-