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VIDA DE. CHR.ISTO
gozo por · haber vuelto al rebaño aque11a oveja des–
carriada
f
exclamo : Hoy ha venido
la
salud
a
esta ~
casa, y sí Zaquéo fue mirado hasta aquí por los Ju-
. díos como un estrangero
y
un
pagano, su fé lo ha he–
cho uno de los hijos de Abrahan, no menos que
lo
son ellos.
Alganos•de los que lo oian con admiracion, creye...
ron
qu~
iba
a
parecer
bie~
presto el Rey no glorioso del
Mesías, tal como ellos se lo figuraban;
y
que yendo Je..
sus
a
Jerusalén' podría muy bien en la fiesta de la pró–
xima Pasqua establecer este Reyno, del qual les habfa
hablado tantas veces; pues no podían desimpresionarse
de la idéa que habían formado de
la
persona y Reyno
temporal del Mesías; pero e] Hijo de Dios que
cono~
cia sus pensamientos , les propuso una pará bola , en
que les daba
a
entender ' que todavía no había llega–
do el tiempo en que el Mesias debía dexarse vér con
todo su poder y magestad ; que su Reyno no se es··
tablecería sino despues de haber sido maltratado
el ·
mismo por sus proprios subditos , los quales no habían
de querer reconocerlo por
.el
Mesías, sino despues que
sus siervos hubiesen padecido los mayores tormentos,
y
hubiesen sído tratados con la misma crueldad que su
Señor: finalmente , que en el J uici.o :final ·, que sería
el gran dia de los premios
y
de las venganzas , seria
propriamente quando brillaría su magestad y su gloria
a
los ojos de todos los hombres.
Despues de este razonamiento , se puso
J
esus en
. camino para 1r
a
Jerusalén; lo que sucedió seis dias an–
tes de la fiesta de Pasqua. Llegado
a
Betilnia, en donde
había resucitado pocos días habia
a
Lázaro, hermano
de Marta
y
de Maria , Simon por sobrenombre
el
le-