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EXE.RC!CIOS
. · ' LuNEs de
hombre
que
no
tuvo
jamás seQ1ejánte
;,á
aquel
gran Profeta tan
poderoso en obras
y
en
palabras
delante-
de .Dios
y
de
t~do
el
pueblo. Estábamos
hablando del modo
i_!ldigno
é
iniquo
.c~n
que le
·han rratado nuestros Sacerdotes ,
nuestros Pon–
tífices, y nuestros Supremos Magistrados;
los
quales
por una
envidia
mal~na
y
sin
exemplo,
Je entregaron
á
Pil?tos,
"Y
le hicieron condenar .
injus~amente
á
muerte, habiencio el mismo Pila–
tos reconocidb
y.
publicado su inocencia ; perQ.
Jo
que
mas nos aflige es, que le mirábamos como
el Redentor de nuestro pueblo ,
y
esperábamos .
<]Qe nos .babia
dt!.
·hacer recobrar nuestra prime–
ra libertad ;
p~ro
vemos que
se hai:i frustrado
nuestras esperanzas ; porque
ha
muerto ,
y
casi
no hay ya esperanza de que haya de resucitar. Es
verdad que nos habiq anunoiado várias
veces,
y ·
en términos bien expresos su muerte,
y
todo
quanto
le ha
sucedido; pero
tambien
nos babia
asegwrado que
tres
dias despues
de
su
· muerte
saldria vivo del sepulcro ;
y
hé
aqui casi pasa–
do ya el tercero dia. sin que veámos el cumpli–
miento
de
su promesa. Bien es ve..iad, añadie–
ron , que unas buenas
·mu.geres
de las
q~e
le se–
guian ,
y
creían en
él
como nosotros , nos han
~sus
tado ,
y
llenado de
confusiones; pues
habiendo
ido·
muy de
mañana
á
su sepulcro, no han hallado su
cuerpo ;
y
aún nos han contado que
unos
Angeles
se las han aparecido ,
y
las han dicho que babia
resucitado,
y
que
nosotros le veriamos vi,.o en
Galilé~.
Tambien
algunos
de
e~tre
nosotros han
ido al
sepulcro,
y ,
ha.n -
encantrado ser
cierto lo
que