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EXERCICIOS
~
D1A
III. babia hecho
creer
al pueblo que
era
la
gran vir–
tud de Dios ;
y
los Samaritanos infatuados
y
en–
cantados con sus sorrilégios , le escuchaban como
á
un oráculo. Pero el Santo Diácono pudo rnas que
el Ministro de Satanás. Supo desengañar tan bien
á
los que este encantador babia alucinado , que cre–
yeroo1 todos e
n Jesu-Christo,.y recibieron el bautis–
mo. No hubo
quien.nose convirtiese; hasta el mis–
mo 'Mágico creyó , y se hizo bautiz:ar con los otros.
Habiendo 111.:!gado
á
Jerusalén la noticia de la con–
version de los Samaritanos:
Cum
audíssent
Apósto–
Ji,
qui erant Jerosó!ymis,
quod
recepísset Saniarla
'Verbum Dei;
los Apóstoles que se
h~bian
quedado
alli , y que querian sostener la obra del Señor y lle–
varla adelante, resolvieron enviarles
á
Pedro
y
Juan,
para que les confirmáran en la Fe,
y
arregláran las
c0sas en aquella nueva Iglesia.
El principal motivo
d~
ir los dos Apóstoles
á
Samária , fue para dar el Espír.itu Santo, por la im–
posicion de las manos ,
á
los que acababan de ser
bautizados , administrandoles el Sacramento de la
Confirmacion; lo que no podía hacer S. F
di
pe, por
no ser sino· Diácono , oo habiendose concedido este
privilegio sino
á
solos los Apóstoles y
á
sus Suc-.
cesares , que ,son los Obispos. Quando se dice que
San Pedro fue enviado por los otros Apóstoles, no
se debe imaginar que S. Pedro les estuviese sujeto,
ó
fuese inferior
á
ellos, ó que ellos. exerciesen jarná.s.
sobre ·él una autoridad despótica. Habiendo Jesu–
Chri$to establecido
á
San Pedro poi,: cabeza de
la
Iglesia , sieri1pre fue reconocido por cabeza del Co–
legio Apostólico
y
Vicario de Jesu-Christo;
y
así
•\
·
se
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