143 / 500
.
DEVOTOS.
que viene
á
ser
par~
lqs
justos una ocasiofi
d
méri·
DESP1J~S
DE
tp
por la violencja
que
se ¡hacen
para res,istir-
á
ellos. P
ASQUA·
En
este mismo
sentido
dke San
Pablo en la Carta
á
los Romanos , que ve en los miembros
de
su cuer-
po una
ley
que
se
opone
á
la ley de su espíritu:
Vi-
deo legem in
membri.f
meis repu'gnántem legi mentir
me<E.
hsta ley ciel espíritu
es la
Ley
de
Dios ,, es
lai
voz de la conciencia , son los piadosos movimien-
to de
la
gracia , son las inspiraciones santas
que.
nos llevan
á
obrar la justicia
y
la virtud.
El
en.emi-·
go doméstico que tenemos
ea
nosotros ,_ e.s esta
concupiscencia , esta propension al mal ,. conrra
la
qual debemos estar contínuamen&e alerta. La guer-
ra es
perpétua;
Q9
hay esperanza de
paz,
ni
aúa
de tregua ;
es
preciso pelea,¡; siempre
,_,y
ne
dexarsc
jamás vencer.
Los Christianos, dice San
J
ustino Mártir escri–
biendo
á
Diognetes , están en el mundo como e11
un
destierro ;
se
i:nir¡m como ciudadanos
.de
la
Ce.–
lestial Jerusalén; están
en
medio ,
de
la~
Ciudade.s;
pero como unos caminantes ; toma_n
par.teen las
cosas de esta vida ; pero co
o una;&
gentes que es...
peran otra vida ; viven
en
a
tierra
extraí)~
co–
mo en .su casa,
y
en
su
casa,
como
en
una
ti~rr:l
extraña; viven
en
carne , pero no segun la carne¡
habitan sobre la tierra ,
y
su c;onversacion es
eJ1
los
' Cielos. Esta es la pintura que hace San
J
ustino de
los Christianos;
<y
es esta la nuestra?
Conversatiónem vestram inter gmtes hahénte.t
'honam
:
Observad con los Gentiles
1
continúa
el
Santo Apóstol , una conduél:a regular , para
que.
al mismo tiempo que nada
orni~en
para desacredi-
1 3
ta·