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ABRIL.

necesitados de quien los socorriese,

y

los alentase. Todo

lo halláron en la inmensa caridad de nuestro Santo. No

hnvo Provincia tan remota en toda la extension del

Im–

perio Romano , no huvo rincon tan escondido , · que no

sintiese los efectos de su caridad,

y

de su zelo en las ne–

cesid1des de los Christianos.

A

unos socorria con limos–

nas ' á otros alentaba con sus cartas '

y a

todos dirigía,

y

consolaba con

SLlS

paternales instrucciones. Aunque el

rebaño era · 1nu

y

nmneroso ,

á

todo proveia el vigilante Pas–

tor. Ordenó en Roma

á

veinte

y

cinco Presbíte.ros ,

y

no

omitió medio alguno de qnantos podían contribair al bien,

aumento , y propagacion de lJ Iglesia.

Havia

doce años que la gobernaba con toda aquella

vigilancia, prudench ,

y

aciérto que se podia esperar de

uno de

los mas amados discípulos del Príncipe de

los

Apóstoles , quando Domiciano , el tyrano mas cruel

~

y

el nus n1ortal enemigo de los Christianos que hasta ahora

se ha conocido , excitó contra ellos una

de

las mas hor–

ribles persecuéiones qne padeciéron jamas. No se pueden

decir las crueldades q'Je exercitó contra los siervos de Cluis–

to, cuyo nombre estaba

res ~lelto

á

exterminar.

A

un mis–

filO

tiempo rompió la tempestad en todas partes: en un

~olo

día se contáron n1uchos

tnillar.es

de mártyres ,

y

en

todos los rincones del mundo corrían arroyos de sangre

de aquellos Héroes Chrisrianos.

·

Pero hacia poco caso el ryrano de

b

extenninacion

del reb:1no, miéntras q'ledase con vida

el

Pa-; ror , y así

convirtió contra él toda su rabia. Mandó que fuese

b~s­

cado el Pontífice

Ronuno,

el qual no cesaba de correr

d.ia

,

y

noche por la· Cbdad ,

y

por

la

can~

pana,

arras–

trado , digámoslo así, por ·grutas ,·

y

pe>r cavernas , para

asistir,

y

consolar

á

los Fieles. Fué preso San Cletn ,

y

metido en una cárcel cargado de cadenas. La alegría qu

n1ostrÓ , con adn1iracion de todos , acreditaba el deseo que

tenia de derramar su sangre por Christo; pero

la im

pa–

ciencia con que estaba el tyrano por verle acabar la vida,

le ahorró n1uchos tormentos.

Fué,

pues , n1aTtyrizado

en

Ro1na el dia

z6·.

de

Abdl

del a.ó.o

de

96.

Consérvase

su

cuer-