DIA XXV.
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el
Santo alborotado al Plleblo,
y
pr~viendo
las conseqüendas
de la pcrsec tcion , dió l;1s providencias
1
Conveniepres para
el
bie'n de su Iglesia,
y
consagró por Obispo de ella á
San Aniano , que está tenido por
el
primer Obispo de
Ale–
xandría; porque aLmque San Márcos lo fué
in~es
que él,
mas .se le considera coú1o Apóstol, que como Pastor de un
determinado rebaño.
_
Despues de haver proveido de esta manera
á
las necesi–
dades espiritnales de' la Iglesia de Alexandría , volvió San
Márcos á visitar á sus amados hijos en Christo , que havia
de
xado en Pentapolis,
y
gastó dos años en correr aque–
llas
Provinci.as,
y
en consolar
á
los fieles , cuyo número,
pie
dad , y devociori crecian cada dia. Resti.tuido á Ale–
xandrÍa, comenzó á disponerse para el sacrificio de su vida
que havia de hacer á Jesu-Christo, el qual no se dilató
mucho , porque un dia
~ne
el Pueblo de aquella Ciudad
celebraba la fiésta de · su tdolo Serapis, comenzó á gritar
furioso ;
Búsquese con toda diligencia,
y
sea sacrificado
tÍ
nuestra justa e'lera el enemigo de nuestros Dioses.
Poco tiem..
po gastáron en buscarle, porque le encontráron en el
Al–
tar, ofreciendo
á.
Dios el Divino Sacrificio. Arrojáronse
sobre él , ech-áronle una soga <tl cuello , y arrastrándole
por las calles, gritaban:
Llevemos
este buey
á
Buco/es.· par¡¡
lle·varlc despues al matadero.
Era Bu·coles un sitio cel."ca del
111ar, lleno de peñascos , entre los quales Juvia algunas
praderías , donde pastaban los bueyes d·e .la Ciudad,.
Mién–
tras le arrastraban de esta n1anera desde la mañana hasta
la noche, quedando
la tierra
regada con su sangre, y
vién~o
dose en ella algunos pedazos de.carne, que se desprendiaa
del
santo cuerpo con la fiterza
de
los golpes ,
el
Santo no
hacia mas que dar mil gracias á Dios ,
y
cantar sus alabat1-
zas.
Haviendo cerrado
la
noche, le metiéron en
Ltn
espan–
toso calabozo , donde Christo
se lé apareció , le consoló.,
y
le
aseguró que presto seria con
él.ensu gloria.
·
Apénas amaneció
el
dia sig
uiente, quando le sacáron
de
la cárcel ,
y
le
volviét011 á arrastrar por las calles con
la
misma algazara
é
inhumanidad
que
el día precedente, has..
ta
que en
fin
rindió
su
alma á Dios ,
y
consumó
su mar-
Hhh
z
ty-