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DIA XXIV.

417

tro ; todos los demas son extraños , son forasteros p:1ra

nosotros. Son , digámoslo así , negocios del Estado ,

del

Reyno ,

dd T

dbunal , del Comercio , de tu Comunidad,

de

tu

familia , de tus hijos , de

tus amigos ; pero nada

de esto es negocio tuyo.

Y

si al salir

de

este mundo to–

do lo hici¡te bien , ménos

el

negocio de

tu salvacion,

haz cuenta que desempeñaste grandemente los negocios

agenos , pero que

no

hiciste tu negocio;

y

al contrario,

si saliste bien en el de tu salvacion , aunqqe fueses infe–

liz en todos los demas, hi.ciste tu negocio personal : cada

uno nació primero para sí , despues para los- demas.

Es

digno de admiracion, que amándose tanto los hom–

bres

a

sí mismos ' hagan tan poca reflex1on sobre una

verdad en que tienen tanto interes;

Quarenta anos ha)

de–

da

un Cortesano

á

la hora de la muerte ,

que estoy tra–

bajando en los negocios del Rey,

y

ni un solo quarto dt hora

be trabajado en tl mio. Aunque debo al Rey mucho amor, no

time poder para alargarme un quarto de hora la vida: si

yo hu·viera servid

á

mi Dios con tanta fidelidad, y con mé–

noJ trabajo

;

¡qué premio

,

qué aleg-ría

,

fj_>tté

dichosa eterni...

dad me esperaría

abo~a

t

La salvacion

o solamente es

nuestro

negocio perso..

nal , s-ino que es nuestro

únic~

negocio , porque habl;tn–

do

en propriedad, no tenemos otro negocio

que

éste. Un

pobre hombre , desnudo , abandonado , sepultado en la

obscuridad, y en

el

olvido, s-i se salva, hizo su negocio

por toda

la

et~rnidad

i

ya

á

nadie ha menester para nada.

lJn hombre rico , dichoso , honrado , si se

~ondena

, es

infeliz para siempre.

(Estamos nosotros bien persuadidos

á

estas

verda-des~

¿consideramos

n~estra

salvacion como nuestro único ne...

godo~

(Qué lugar ocupa en nuestro corazon,

y

en nues–

¡ro (uidado

~

respondámonos

á

nosotros

misn10s.

Hmn–

bres de negocios, gente del tnundo, esclavos de

lq,s

pa...

satiempos, responded

á

lo que vuestra conciencia os pre–

gunta,

y i

lo que ella misma os responde. (Hay alguna

cosa

que

nos toque nus inmediatamente que la

salvacion~

¿Es

lJ

sa~vacion

el

tuóvil

de

todos nuestros pensatuien-

Ggg

tos,