DIA XXIII.
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no
conducen
pára la
salvadon se deben contar por nada.
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Desde hoy te has de imponer una ley de no estar
jamas ocioso. Tiene el cuerpo necesidad de algun descan–
so,
y
el espíritu de algnn desahogo: pero aun este mistno
desahogo, y este mismo. descanso deben ser útiles, y has
de cuidar tú de santificarlos con la oracion , ó á lo nlé–
nos con freqüentes jaculatorias. Miéntras tuvieremos
á
Chris–
to realmente presente en el Sacramento del Altar ; mién–
tras huviere pobres enfermos en los .Hospitales ,
y
ver–
gonzantes en las casas particulares;
~se
podrá decir sin ver"
giiepza que no hay nada que hacer, y que no sabemos
en qué emplear el
tiempo~
Una señora christiana sienl–
pre debe tener en las 1nanos alguna labor ; porque de es–
ta continuacion en el trabajo , celebra ,
y
alaba el Espíri–
tu Santo á la 1nuger fuerte. Las señoras de la 1nayor dis–
tincion hacen vanidad · de estar siempre con la labor en las
1nanos ;
y
una n1uger ordinaria, orgullosa con. los bienes
de fortuna ,
ó
con el empleo de su 1narido ,
¡
tendrá ver..
giienza de que
a
vean trabajar! Tambien las personas de–
votas pueden dar en el extremo de fanáticas ,
y
de hol–
gazanas: una conten1placion demasiadamente abstraída,
y
una oracion de quietud demasiadamente quieta , sin otros
peligros que traen consigo , son no pocas veces una tne..
ra ociosidad. Nada se ha de temer tan
to como la innac–
cion,
1
y
la inutilidad aun en las mismas accion.es : Dios de–
be ser el objeto principal, el motivo,
y
el fin de todas ellas.
DIA VEINTE Y QUATRO.
S
anta Beuva
,
y
S.
anta Doda
,
Vírgenes.
,
Santa Beuva , · tan ilustre por su nobleza , y mucho
mas por su virtud , nació al tnundo por los años de 6oo.
Fué de sangre teal, deuda
muy
cercana del Rey Dagober–
to, y una de las Princesas mas cabales de su si glo. Cor–
respondió su educacion á
su
nacimiento; pero
el
bello na-
tu~