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A B R 1 L.
nes para volver
á
tu obligacion,
y
par¿~,
·ap!acar con
tus sa–
crificio!
.
la cólera de los Dious
~
Suplicó Jorge al E1nperador que le 1nandase conducir
al Templo para ver aquello:> Dioses
á
quienes su Mages–
tad Im pedal queria que ofreciese Sacrificio. No dudó
ya
Dio Lciano que su suavidad,
y
sus promesas havbn final–
n1ente vencido ,
y
'triunfado del confesor de Jesu-Chiis–
to. Fué t:ondncido al Templo, acotnpañado _de innume–
rable puebl
: apénas descubrió la estatua de Apol , qnan–
·'-"o
.la
preguntó nue tro Santo:
Dime
a
eru Dio1
?
No
s·oy Dios,
respondió la estatua, con voz terrible ,
y
espan–
tosa , que estre1neció
á
los circunstantes :
Pues venid acá,
iJpÍritus malignos
,
Angeles rebeldes
,
condenados por el
7.Jer–
áadero Dios al fuego eterno
,
~
cómo teneiJ atrevimh•nto para
tstar en mi presencia
,
que soy sier·vo de Jesu -Chrhto ?
Al
decir . estas palabras, acompañadas con la señal de b san- .
ta Cruz
se
o~éron
en el Templo gritos horribles , ahu–
llidos
~spantosos,
y
se v·éron ca€r derrlb:1das por n1ano
invisibl
t
s est tt.: as , haciéndose pedazos contra el
st1elo.
2\.
.
s a
In espectáculo tan n1aravilloso , al prin-
cipio qued ,' roo odos atónitos , pero despues los Sacetdo–
tes de
1
a:<J1Q"s
cen stts grit(])s ,
}1
con sus Ugritnas ex–
citáron
t
na sedidon tan general, q e apénas se oían
1nas
que
las desco1npasadas voCe$ con que clamaba todo
el
pueblo , que quanto ántes se librase
á
la tierra de aquel
111onstrno.
Informado el Emperador de lo que acababa de suceder,
n1andó q·1e al instante
le
cortasen la cabeza ; ló que se
~xeC'JtÓ
el dia
2
3·
de Abril ácia
el
ano de
2
90.
En todas las Iglesias de Oriente ,
y
de Occidente ha
s-ido siempre
muy
célebre Ja n1en1oria de este ilustre Már–
tyr ,
y
sn culto es de los 1nas antiguos en la Iglesia. Ase–
gúrase que de de el fin del q tlinto siglo
ya
havia Altares
dedi cJ ]os
:í
sn nombre,
y
erigidos
por
Santa Clorilde, 111
-
ger del Rey Clodoveo. Conrriouyo f4ucho al culto de San
Jorge en Francia San Cerman , Obi po de París, uno de
los
mas célebres Prelados del siglo sexto, quando con oca–
s-ion de su peregrinacion al Oriente?
el
Emperador de Cons-
tan-