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DlA

X X.

343

ditó con

nue~a

experiencia que

la

virtud da entendimiento,

y

puede suphr la falta de la edad.

Pero la misma reputacion de su extraordinaria virtud

privó presto de este tesoro al Monasterio de Monte-Po–

liciano. Informadas ,

y

movidas de bs maravillas que se

contaban de Sor lnes las Religiosas de un Convento que

se acababa de fundar en Proceno , pequeña Ciu_dad del

Condado de Orvieto , alcanzáron del Papa Nicolao

lV.

que se la diese por Prelada, aunque havia pocos di as que

havia hecho la profesion.,

y

tenia solos diez y ocho años;

pero el efecto acreditó haver sido de Dios esta eleccion.

Persuad~óse

desde luego nuestra Ines á que solo esta–

ba á la frente de las otras para darlas mayores exemplos

de humildad , de mortificacion ,

y

de observancia. En la

inteligencia de que

el

cargo que la havian encomendado

no la daba o.tra preeminencia sobre las demas, que impo–

nerla mas estrecha obligacion de servir

á

todas de guia,

y

de modelo ,

~o

es fácil explicar hasta

qué

punto de

perfecdon llegó

su

religioso fervor. Ayunaba todos los

dias á pan ,

y

agua ; dormía sobre la desnuda tierra , sjr..

viéndola de cabecera

un-a

piedra. Era jóven,

y

de conlple–

xion débil , co que el rigor de sus mortificaciones ,

y

los excesos de sus penitencias estragaron tanto su salnd;

que lo restante de su vida fué una continua,

y

dolorosa

enfermedad.

U

na que padeció

á

los veinte

y

ocho anos rde

su

edad,

tan grave que la rednxo al úlrimo peligro , obligó á sus

Confesores ,

y

Prelados

á

valerse de toda su autoddad

para moderar sus penitencias. Pero la paciencia ,

y

la ale–

gría que n1ostró en la enfermedad no edificó ménos

á

sus

hermanas ,

y

hijas , que las den1as virtudes de su santa

~adre.

_

, . A

la :verdad recompensaba Dios abundantemente aque-l

lla· santa severidad , que por su amor exercia Ines contr<l

misma. Favorecida

fr~qi:ientemente

de visiones celesi:ia.,.

les ,

y

colmada de aquellas inefables dulzuras

que

da el

Señor

á

gustar en la coq.templacion

á

las almas privilegia–

das, conversaba familiarmente con su Divino Esposo ,

y

quan-