Table of Contents Table of Contents
Previous Page  321 / 554 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 321 / 554 Next Page
Page Background

DIA

XVii.

JO?'

al

corazon que

á

la bolsa :

á

ésta la dcxan vacía ; pero

á

aquel ¿cómo le

dexa11~

~Hay

fiest_a, hay diversion ,

hay

alegría del mundo sit1

inquietud , sin envidias , sin zelos,

y

sin

zozobras~

Por

algun tiempo como que suspenden,

ó

entorpecen

el

senti...

miento la disipaéion,

y

el

tumulto; pero dura poco estacalma.

Gaen las flores en

~1

suelo ,

y

queda en

el

fruto la anurgura:–

los remordimientos punzan: los sinsabores despedazan: la en..

vidia ,

el

odio, el miedo ,

el

sobresalto ,

y

otras cien pasione»

hacen pagar'biep G,ar'a.s aquellas

gota~

de dulzura, que el mun–

do nos vendió

á

tan alto precio. Algunos intervalos,lograste

de .estos gustos , de estas alegrías tan ponderadas : ¿y qué

te quedó de ellas? ¿Qué queda .en la Quaresma de las

di–

versiones,

y

de las bullas del Carnaval? remordimientos,

y

ar–

repentimientos ; pero aun estos pueden ser frutos sálu–

dables. Escozores , disgustos , amarguras son las reliquias

que quedan · 1nas c01nunmente. A áquellas personas del

lntmdo , que ya por su edad ,

ó

por sus achaques estan .

desterradas de sus diiVersiones

y

de sus gustos ; ¿qué las

queda de los que en st tiempo tuviéron

~

Aquel pobre mo–

ribundo , ¿qué sacó

d~

que se

holgó~

Acaso la enfer–

lnedad que le lleva

á

la sepultura, un color pálido,

y

lá":'

grimas amargas. ¿Consoláronle n1ucho en aquel postrer

1nmnento unas alegrías , borradas de . la n1emoria · para

el

.g1Isto ,

y

solo impresas en ella para el dolod ¿Pero ,

y

qué

les ha quedado de todas las fiestas n1tmdanas á aquellos

in–

felices condenados , que despues de su 1nuerte estan ar–

·diendo

ya

en

las

llamas

eternas~

Si

en aquellas alegrías se

.hallaba algun bien real

y

verdadero ; si eran digno objeto

d" una noble a1nbicion ; si merecian nuestras ansias ; si nos

.eran

lícitas

y

permitidas;

~

por qué nos dexáron tan crueles,

tan amargos dolores? ¿por qué tan justo arrepentimiento?

¡O

n1i Dios1

¡

y

qué advertidos , qué discretos fuéron

Its Santos en mirar todas esas alegrías ,

ó

con1o ilusiones,

ó

como relámpagos , que por lo comun vienen acompa–

ñados de · rayos

y

tempestades! Bien persuadido estoy yo

á

esta

misma verdad : bien conozco todo el veneno de este

error ;

y

en inedio de eso, todavía suspiraré por este va-

Qq

2

no