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ABRIL.
en los lazos del enemigo?
~Es
sabiduría
y
discredon cor–
rer
tr~s
de un poco de
h!tmo)
y
quJndo
111as
tras de un
fuego fatuo?
~Es
sabidmía y diKrccion poner á peligro la
salvacion eterna ; aturdirse uno en sus mismos descaminos
.
'
y
trabajar con todas sus fuerzas en su propria ruina? Pues
ésta es nuestra conducta. Juzguemos ahora quál será.nucs-–
tra discrecion , y nuestra sabidLtrÍa.
Per0 nos arrastró el amor de los deleytes : otra prue–
ba
de
nuestra insigne locura:
Lassati
sumui
in via iniqui–
tatis.
Fatigán1onos á puro andar por
el
camino de la mal–
dad.
~Hay
camino mas fragoso, mas áspero, ni n1as peno–
so q;.1e el nuestro?
Si~ndo
presa infeliz de todas las pa–
siones , blanco de toda
L:¡.
tnalignj ...{ad del corazon humano,
víctimas de la atnbicion , de la concupiscencia , y de la
envidia ;
¡
qué mortales inquietudes!
¡
qué crueles angus–
tias! ¡qué insufribles tormentos he•nos de padecer necesa–
rbmentc! Una
et~rna
desconfianza , unos sobresaltos c.1da
d!a n1as sombríos y mas negros , unas pesadumbres, unos
disgustos, unos despiques , que interiormente nos cdnsu–
nlcn
y.
nos penetran , pero que es preciso disimularlos;
unas risas forzadas , unas alegrías artificio?as , pero vanas;
unos remo__rain.lientos tyranos, una memoria de la muerte
que nos asusta
y
nos esrremece. Esta es aquella vida de..–
liciosa de que. hacen1os tanta ostentacion. Por nuestra ·des–
gracia todas estas amarguras son bien fundadas ,
y
todas
esras reflexl.ones arregladas
á
la verdad. Conocemos el · er...
ror , nos estretnecemos , y nos horroriza1nos ; pero llega
el
arrepentimiento , qnanclo ya no hay lugar
á
la emienda.
Comprehende bien toda la amargura,
y
toda la penetrante
punta 'de estas fata.les conseqiiencias..
El Evangelio u
del
capitulo
16.
de San Juan.
I
N
illo tempote:
Dixit Je–
sus discipulis
suis.
Amoz,
am:n dico vovis, quia plora–
bitis,
&
flebitis
vos,
mzmdus
autem gaudebit :vos autem
contristabimini
,
sed
tris–
titi{l- vestra vcrtetur in í{au-
dium.
E
N
tiempo que Jesu-Christo alen·
taba
á
.sus discípulos
á
sufrir los
mL
les de esta vida , les dixo: en verdad,
en
verdad os aseguro, que vosotros llo–
raréis,
y
gemiréis ,
y
el mundo
se
:~ le
grará: vosotros
pues
os ent-risteceréis,pero
vuestra tristeza se
convertirá en
alegría.
La