![Show Menu](styles/mobile-menu.png)
![Page Background](./../common/page-substrates/page0214.jpg)
2CO
AB RIL.
se
hizo Christiano , annque ·
de
la
misma
Sec-ta
qn~
pro–
fesaba el Emperador , esto es , el Arrianismo. Vencido
Athanarico por el Exército Imperial , y furiosamente
irri~
tado por
la
rota qne acababa de padecer, descargó toda
su
cólera contra aq•Je!los vasallo5 suyos que
él
trataba de
Romanos, entendiendeJJpor este nombre
á
los Christianos,
resuelto
á
extenninarlós
del
todo , ó
á
reducirlos
á
las
supersticiones de
b
idolatría.
.
Fué cruel la persecucion : porque aquel bárbaro Rey
quitó la vida
á
innumerables;
á
unos , con1o se explica
Sozomeno, despues de examinados por los Jueces, y ha–
ver hecho por su boca una confesion generosa de la Fé;
á
otros
sin
darles lugar ni aun para abrir
la;
pues colocado
un
!dolo sobre un carro, y conducido de órden del .Ty–
rano por todos los parages donde se sospechaba que ha–
vía Christianos, todos los que inmediatamente no dobla–
ban la rod ilLl
a
vista de la e_statua , sin ll1aS exámen , ni
otra forn1 alidad eran pasados
á
cuchillo , ó reducidos
á
ceniza ellos
y sus lnbiLciones. Refugióse
á
~ierta
Iglesia
gran nútnero de hombres , y tnugeres , llevando consigo
á
sus peh}ueñuelos hijos : lleg1ron los Paganos , pegáron
fuego al Templo , y todos quedáron consúmidos en las
·lla tnas.
Pero el tnas
ilnstre de todos aquellos Mártyres fué
San Sabas. Corridos, y aun horrorizados los mismos Ma–
gistrados Gentiles de tan cruel carnicería , se contentáron
con mandar que en adelante todos los Godos comiesen
viandas ql1e fuesen primero consagradas
a
los !dolos' per·
suadidos
á
qne
el
disimulo, ó la connivencia de los Jue-
. ces illferiores, salvaria
á
muchos la vida. Algunos Paganos
del Lt_tgar donde vivia San Sabas , al n1ismo tiempo que
ofrechn víctimas
á
los Idolos, quisiéron asegurar con
ju·
ramento que en aquel lugar no havia Christiano alguno,
haciéndolo por una especie de amor , ó de compasion
á
los Fieles , que por este 1nedio . pretendían encubrir
á
Ia
pesquisa de los Comisarios. No pudo sufrir nuestro Sabas
aquel oficioso perjurio; y lleno de aquel espíritu religioso
ene1nigo de toda silnulacion ; abrasado de aquella caridad
ar-