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D1
A XII,
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solo pueden sustentarse 1os idólatras, tan sudos
,
y
tan pro-–
¡ :mos como ellos.
Al
oír es tas· palabras un criado de Atharido, encendi–
do en furio a cólera , le pasó por medio del vientre un
eh tzo puntia
0
ndo, que tenia en la mano , con tanta vio–
lencia ,
q
1e rompiéndose los cordeles, cayó el Santo ren–
did
en tierra. Pero
qu~mdo
aq tel bárbaro le consideraba
y
J. muerto , vió no sin grande admiracion , que ponién·
do
e prontamente e11 pie , mirándole ,
y
sonriéndose , le
di xo :
Sin duda r¡ue ya mt creíais en el ott1o mundo
;
pues
vesme aquí bueno
,
y
sano por la gracia de
mi
Señor
Jesu–
C!Jristo
,
y
sábete
,
que apéna1 he sentido el golpe.
Infornudo
Atharido de lo que pasaba , no es ponde...
rabie el rabi so furor, que se apoderó de su corazon,
y
llUll dÓ ' qlte al instante quitasen la vida a nuestro Santo.
Cog; iéronlc aL pmto los Soldados,
y
le llevaron
á
la
ori–
lla
del rio M·tsovJ.
p ~ua
ahogarle , despLtes de haver pues–
to en libertad
'
· tTs
. abas , qae estaba persuadido -
á
que IJ. nuyor di
. ,
e se podía lograr en este l11 'Jndo,
era dar
la
vid.t
J
a
nor
de Jesu-Christo , consideraba.
, q'lclll
libertJ.
cte
u Compañero como la mas funesta
de gr<lCb ;
y
nelto a os Sol iados, les dixo : 2
Qué dditoJ
ba cometido ese Santo Sacerdote para que le privds del con..
uulo , y de la gloria
de
morir conmigo por tan jurta
causd.~
Eso no te importa
á
tí
, k respondiéron los verdugos ;
y
ducuida de lo
qu~
no
tt
toca.
Enternecido Sabas ,
y
pene–
trado del mas vivo sentimiento , bendixo mil veces al Se–
ñor por
b
gracia , q le le hacia de dar la vida por
él.
Quando lkgáron
á
la orilla del rio , se moviéron
á
comp.1 ion los Soldados,
y
se dixéron unos
a
otros :
¿A
qué fin
bemos de quitar la vida
á
este inocente? Démosle
ii–
bn·tad
1
que se escape,
y
que
se
esconda
,
pues será
fácil,
que
•
Atlnzr ido
j.1mas
entienda palabra.
Oyó el Santo lo que tra–
tJ.ban ,
y
agradeci~ndolos
L1 buena volnntad , los dixo :
Exe–
cutad lo que se 01 ha mandado; porque de otra manera me
h.Ir'is
ttn
mal servicio. Ya estoy viendo los que vienen
á
con–
dudrme
í
la gloria;
y
si 'Vosotros vierais IJ que yo ,
n~
pen–
smliais
m.
pri-varme de una corona
,
que ha de ser mi eternafe-
Ce
z
li-