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I
76
ABRIL.
eso son n1énos dulces , ni ménos estimables. Un Dios,
qne
castiga en esta vida, es un padre , que corrige. Nunca es–
tá
Dios mas irritado , que quando calla, quando no
ha–
bla paL1bra ,
á
vista de nuestras tnaldades.
Cum iratus fue–
ris, m!sericordice recordaberis.
Sí por cierto: jamas nos car–
ga el Seiior su pesada mano , sin q 1e su an1oroso cara..
zon tenga designio de hacernos misericordia.
¡
Qué con–
suelo, qué dulzura , pensar que las cruces mas
pe~adas
soa
riqnísitnos tesoros! Que las adversidades tnas amargas son
pruebas sensibles de la bondad de nuestro Dios ; y que
las tnas duras aflicciones son efectos de su misericordia.
La ·misma mano es la que reparte las prosperidades ,
y
las adversid .:des de esta vida:
~Pues·
po r qué no recibiré-
1110S
unas ,
y
otras con
h
misma sumision , y con igual
reconocimiento!
A
L1
hora de la muerte ninguna cosa
consuela tanto como las cruces , y bs trabajos , quando
se han re ibido con espíritu verdaderamente christiano.
~
Consol..td mucho en aquelb hora la memoria triste de
los
etn~Jleos
, que se gozáron , de los gustos, que se dis-–
fr :ttáron, de
las
prosperidades , que nos engriéron
~
¡Ah,
qaé nunantial tan
co ~i oso
de ayes , de remordimientos,
y
de un
olor anl_<uguíshno! Los que asisten
á
un pobre
n1oribu nd~
,
~
soaarall entónces en traerle
á
la me1noria
las fiestas m:1ndanas en
q
1.e se divinió ; los regocijos pú–
blicos , que él misn1o animó con su presencia,. aunque sea
el 1nayor Príncipe del tnundo?
¿
Q1e se diria de un Con–
fesor, que emplease .aquellos postreros preciosísitnos Ino-–
mentos en acordarle el número de sus victorias , la im–
portahcia de sus conquistas, la nugnificencia de su Corte,
. la
suntuosidad de su n1esa , la ostentacion de su Palado:
eú
una palabra , todo aquello , que contribuye
á
fomen-–
tar
d
orgullo de los Grandes , todo lo que se llama ale..
gría, gllsto, prosperidades, y felicídades del
mL~na'o? ~Qué
hombre de razon , aunque fuese el mas libertino,
aunql\~
fuese uú impío , no gritaria contra la imprudencia, por no
decir contra la brutalidad, de a·quel bárbaro Confesor?
A
un hombre , que
~s d.
para espirar ,
a
de qué se le habla
entónces ,
y
de
qué se le
debe
hablar?
~
Qu.é
Retratos,
,
que