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3
esperanza de una vida dulce y tranquila , qne sobmente
puede
h~llarse
en el servicio de Dios
!
Con razon dice
el
Apóstol , que no hay ley contra los que gustan los dul–
ces frutos del espíritu:
Ad-verstu hujusmodi non est /ex;
es–
to es, que no necesitan de amenazas para cumplir con las
_ obligaciones de la Religion ,
y
de su estado. No hay te–
mor en la caridad, puesto que
la caridad perfecta deJtier–
ra todo temor,
(
1.
J
oan.
4·)
por
lo
que
el
temor tiene de
pena , de fatiga.
Qui autem sunt Christi
,
carnem suam crucijixerunt cum
viriis
&
concupiscentis.
Los
qu~
son de Christo tienen cru–
cificada la carne con todas sus pasiones , y malas incli–
naciones. Pues qué 1nucho es que reyne en ellos la cari–
dad , la alegría , la paz , la mansedumbre , y la paciencia.
Si las pasiones estan apri ionadas , si estan como enclava·
das en una Cruz , no pueden inquietar al alma, no pue–
den turbarla la paz ,
y
la alegría.
El Evangelio es del capítulo
I
.3·
de San Zucas.
~
I
N
illo tempore
:
Dixit Jesus
discipulis suis
·
Conl'l!Jtdite
intrare per an
"'
staJ1l portam:
qziia mu!ti, dico vobis
,
qut.erent
intrare,
&
non poterunt. Cum
autem intraverit paterfamilias,
&
clauserit ostium, incipietis fo –
ris stare
,
&
pulsare ostium, di–
céntes: Domine
,
aperi nobis:
é5
respondens dictt vobis
:·
Nescio
vos unde sitis.
E
N tiempo que Jesn-Christo
encargaba á sus discípulos
el
conato que debían tener para con·
seguir el reyno de los Cielos, lt:>s
dixo: formad empeño en entrar por
la puerta angosta : porq 11e muchos,
os aseguro, que procurarán en .rar,
y
no podrán. Quando entrare
el
Pa–
d e de familias ,
y
cerrare la puerta,
vosotros á la parte de
á
fuer .1princi–
piaréis
á
llamar , diciendo : Señor,
ábrenos:
y
os responderá : ignoro
de dónde seais.
Qz
ME.