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D.
l.
A V
I'I.
1 I
7
harían
increíbles~
si no . hub.iera sido.
testigo·
de ellas.
A la verdad ni.ngun devoto de esta Señora pa1 ece que
pudo amarla con mayor ternura, ni venerarla con mayor
zelo ,
y
mas profundo
resp~to.
Solo con ver nn<l' lmágen
de la Vírgen , se quedaba extático y arrobad0.
Si~mpre
que pronunciaba su dulcísimo Nombre hacía una profi.mda
incfi:nadon con todo d cuerpo ,. postrándose casi hasta la
tierra , y aseguraba que sentía entónces una suavidad es–
piritual
muy
superior á todo lo que· puede percibir dgusro,
y
ni apénas concebir la iti\aginadon.
Por su inocentÍsima vida , por su amor
á
la Reyna de
f:os Angeles ,
y
poF su: singular castidad , comenzároH· los
Religiosos
á
darl~
el nombre de
J
oseph.. El se resistia
á
admitirle , diciendo que era profanar un nombre tan santo;
a.plicarl.e
á
quiem no tenia ninguna de las virtudes del ·Santo
Patriarca ; pero ha.viéndosele
apared~o
la Vírgen ,
y
ha–
viéndole dado
a
entender que aquel nombre le
conveni~,
le
retuvo hasta la muerte.
Fácil es de co n-Rrehepder de qué medios se valió para
merecer de! Cielo tantas , y tan singulares gracias
y
fa–
vores ,. que contribnyéron
~nncho
á
su santificacic n. Pu:..
diérase asegur-ar , qne la humildad fué el carácter ,
y
el dis–
tintivo de este gran Siervo de Dios , segun el baxo con–
t:fpto que tenia de sí mismo. Su vida fué un prodigio de
penitel?'cia. Casi nunca comia tnas
que~
pan, y agua;. eran
continuas. sus vigilias , y quando se veia precisado
á
to–
mar algun descanso , se echaba sobre unos sarmientos
ó
manojos ,. si.rvién.dole una. piedra de cabecera. Decia que
esta. vida era tiempo de mortificadon ,
y
que est:aria ·in–
consolable, si se le pasase un solo momento sin padecer
algo•. Lleg
ó . átener algqn escrúpulo de haver excedido ·
á:
sus fuerzas
l.ospiadosos rigores que arruinaron su salud.
Pero la
s penitencias voluntarias no fuéron las que úni–
camente diéron mucho exercido
á
su mortific1cion ,
y
á
su paciencia. Para templar la satisfaccion que le podían can–
sar los extraordinarios- favores que r·edbia del Cielo· , y
~ambien
para purificar mas su virtud , permitió el Señor
que (uese inquietado ,
y
humillado· con prolijas ,
y
moles-
tas