EXE
1
~CICIOS
Enero.
él.
No pocas veces fe
veía.
en medio de la Ciudad tan.
folo cómo
fi
éíl:aviera
en.el-ddierro, por las rigorofas
penas con que los Proteíl:antes havian prohibido acom–
pafrirle , recogerle , ni e[cucharle. Pero no p01· efo de·
jaba. de venir rndos los dias
a
Tomm deíde Alinges.
Ni
las · lluvias , ni las nieves, ni los l'lielos ,
ni
los· víent0s
m~s ·
foriófos .fueron nunca baíl:antes ·para eíl:orvarle
. que fe 'puúeíe en camino. Algunas veces le pafaba
d
frio de-manera , que
[e
quedaba .cafi inmoble ,
y
fe
veb en peligro de morir; pero nacl.a de eíl:o er.i ca.páz
de reprimir, ni aun
de
moderar
fü
zelo. Piafaba no–
c!).es enteras expueíl:o
a
la lluvia'
y
al rigor de todos
los
temporale~ .
Atravesó por un eíl:recho ponron, todo
cubierto de hielo ' por ir
a
focorrer
á
unos pobres
pa.yfanos recien convettidos, que cíl:aban de la otra
parte de un arroyo baíl:anrememe profündo.
Ningun
,.
peligro le der iené ; nirogun riefgo le acobarda: todos
los devóra por
la
fa{vacion de aquel obfünado pueblo.
De eíl:1 manera fueron exceúvos fus trabajos ; pero
rambien fueron inrnenfas
fus
conql1i fbs.
Vol
vieron
a
ent~ar · en
.el íer:io de la IgleGa los Bailiages de Ger, de
Te1'nrer ,
y
de Gaillard: todo
e1
Chab.bis
Ce
convirtió,
porque no liavia reGíl:incia , ni
a
la fuerza de fus dif–
curfos , ni
a
la virtud de
füs
exemplos.
y
por un mila–
gro
evidente, en·que andaba viGble el dedo
po~erofo
de
Dios , aquel e.ardero rncfoa'do
de
lobos, en mani–
fieflo
peligro
de íer dcfpedazado .por ellos , con
(U,pruf.
ciencia, con
fu
manfedumbre ,
·y
con
fu
piedad 'wn–
virció
a
los mifinos lobos en corderos.
TLtvu várias comrnvédias,: ocho o;d:iez vecas
.ofr_e–
ci6 diípmar
o conferenaiar con los
,Míniilro~
fobr:e
lo~
puntos comdlados: peuo'
dtuviero~
tanJejós _cte acep–
tar