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tantos enemigos el gefe del pueblo de Israél. Pe ..
didle qlle
s~pare
de nosotros ese
terrible azote
que
despúes de . seis a11o&
tiene levantado
todavía.
Pe..
didle
qu~
cesen
y~
tantos dias de desolacion
y
de
sangre.
:Pedidle que
los horrores de la guerra que
están afligiendo nuestro suelo , vayan todos
á
afli–
gir
á
la
r egion fatal en que naci éron. Pedidle ql!le
horre de sobre
la
haz de la tierra
á
ese pueblo re–
belde donde prendió . primero
la llama de la <lis-
cordia que
Pedi dle
que
ha abrasacl.o .
á
todas
Jas Américas.
el ángel
exterJllin<!dor
que
disipó
en una· ·noche el
exé+cito de Sennaquedb , baxe
pronto,
y
con sn espad:i vengadora corte, destruya,
aniqllile ,
y
ac~he
de una vez con esas
h~ndadas
de
facdosos que talan
nqestro~
campos ,
:roban nues–
tras
casas , corrompen nuestras vírgenes , profa–
nan nuestros
ten~plos,
des precian nuestros ministros,
ultrajan nuestra
reli~ion,
é
insultan
á
nuestro Dios-.
P edidle que vibre sus tremendos rayos ......Pero no le
pidais nada
~e
esto, duldsima María.
¡Yo me ol vi–
daba de que esos miserabl es q ue nos están ca usando
tantos males , son nuestros hermanos ,
é
hijos vues -
tros
!
Pedidle mas bien que derrame sobre eÍlos las lu–
ces de su gracia : que descorra el velo espeso que
l~s
impide ver .
la
verdad·
y
la justicia ;
y
que
.Pºº
iéo do..
.J
I