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80·
EL
LIBRO
DE
LA SABIDURIA.
2 I
Haec cogitaver unt, et er–
raverunt: excaecavit enim illos
malitia eor urn .
22
Et
n escierunt sacramen–
ta Dei, neque mercedem spera–
verunt iustitiae , nee iudicave–
runt honorem animarum sanCl::a–
rum.
23
<Dio niam Deus
creavit
hominen1 inexterminabilem , et
ad irnaginem sihlilitudinis suae
fecit illurn.
24
Invidia
autem
diaboli
mors i ntroivit 1n orbem terra–
rum:
25
Imitantur autem
illum
qui sunt ex parte illius.
1:
Los arcanos
y
ocultos
juicios de
Dios , ni sus obras , ni los mysterios de
la Cruz
y
de nuest
ra Redenc ion.
_
2
El Griego
y {
p.xs,
de! premio
que
tiene Dios re 'ervado p ara todos los justos:
y
en este seotido se toma tambien la pa–
labra Latina
honos.
3
El Griego
i oi6T,.,-ros
,
d e su
propie–
dad;
porque es propio de D ios el ser
por s1 inmortal :
todas las · cosas par si
mismas van desfalleciendo , sino las con-
21
Estas cosas pensaron ,
y
erraron.: porque los cego su ma–
licia.
22
Y
no su pieron los rnyste–
rios de D ios
I
,
ni esperaron ga–
lardon de ju s ticia ,
n~
hicieron
aprecio de la honra de las animas
santas
2
•
23
Por quanto Dios crio
al
hombre lnmortal '
y el
lo hi–
zo
q.
la imagen de su semejan–
za
3 •
24
Mas por la envidia del dia–
blo entro la muerte en el mun–
do
4 :
25
y
le irnitan a el los que
son de su partido
s.
serva
y
mantiene Dios con el influx o de
su di vina virtud
y
providenc ia.
4
El diablo envidio ar hombre
SU
fe~
licidad ,
y
movido de su mali ci a enga–
iio a Eva , e induxo a Adam a culpa.
5
El Griego
7'Etpa~ou<n
OE
au ..-6v
,
lo
que se refiere a
9avaTov
:
mas la expe–
rimentan
,
o prueban en s{ l a muerte
que Satanis introdux o en el mundo . Qu·ien
sigue a Satanas en el p ecado, se ra igual–
m ente su compafiero en
el
suplicio.
CAP ·ITU L 0
I I I.
La felicidad
que
toca~a
a los justos. Son desgraciaClts las obr.as
,
.Y
desdicbada Ja descendencia de !o's malvados.
I
lustorum autem animae
in q:;anu Dei sunt ,
et non
tanget
illos
tormentum mor–
tis.
2
Visi sunt oculis insipien–
tium mori : et aestimata est
afflictio exitus illorum :
3
Et quod a nobis est iter,
I
Mas las animas de los
justos
estan
en la mano de
Dios,
y
no les tocara
tqsmen–
to de muerte.
2
Pareci6
a
los ojos de los in–
sensatos que morian : y la
salid~
de ellos fue creida afliccion:
3
Y la partida que· hacen de