CAPITULO LIV.
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dereliqui te , et in rni5erationi–
bus magni
congregabo te.
8
In momenta indig nationis
abscondi faciem rneam parum–
per a
te , et i n misericord ia
sem piterna misertus sum tui : di–
xit Redemptor tuus Dominus.
9
Sicut
0
in diebus Noe i–
stud mihi est, cui iuravi ne in–
ducerem aquas_Noe ultra supra
terram : sic iuravi ut non i ra–
scar tibi : et non increpem te.
IO
Montes enim comrnove–
buntur , et colles contremiscent:
mise ricordia
autem mea non
recedet a te , et faedus pacis meae
non movebitur : dixit miserator
tuus Daminus.
1
r
Paup~rcula
,
tempestate
convulsa , absque ulla cansala–
tione. Ecce ego
sternam per
ordinem lapides tuos , et fun–
dabo te in sa pphiris ,
12
Et ponam iaspidem pro-
I[
El tiempo , que como dcxamos di–
eho , p aso d esde el princi pio d e la idola–
t rfa hasta la vocacion de los Gentiles, que
respetl:o de la etcrnidad y de los bienes
cternos, en cuya posesion entraron ellos
por med io de esta vocaeion , se puede
muy bien llamar un puoto, un momento.
s
Irritado yo , y no pudieodo sufrir
tus idolatrias , te ab
done por un mo–
m ento ,
y
te di muestras de mi enojo;
pe ro a este momento de mise ria y de a–
fliccion socedera
mi
inisericordia, que ha
d e durar eternamente. As! pues vive ase–
gurada que no te abandonarc jamas. La
Synagoga seri repudiada de ml ;
rm
la
I glesia Christiana seri
~iempre
mi amada.
3
Y
esto te lo juro religi0samenre,
como , n otro ti empo jure a Noe, que no
traeria mas
las aguas del diluvio sobre
toda la t ier ra. A este mismo modo, aun–
que seas traida y llevada como el area de
a Gen(s,
1x.
15.
poca te desampa re
1
,
mas yo te
recogere con grande piedades.
8
En el momento de mi in–
dignacian escond.l por un paco
de
ti
mi cara '
2
,
mas con eterna
mise ·cordia me he campadecido
de
ti:
d ixo el Senor tu Redentor.
9
Esto es a mi
3
como en los
dias de
e'
a quien jure que no
traeria mas las aguas de?
Nae
sa–
bre la tierra: asi jure que no me
enojare contigo
4 :
ni te increpare.
IO
Porque los mootes se ran
conmavidos
5 ,
y los colladas sees–
tremeceran: mas mi misericardia
no se apartara de
ti,
y la alia_nza
de mi paz sera inviolable: dixo
ei
Senor que se apiada de
t.l.
1
Pobrecilla , combatida de
la
tempestad , sin ningu consue–
lo. Mira que yo po<dre por orden
tus piedras
6
,
y cimentar tehe
sa–
bre zaphiros,
12
Y hare tus baluartes de jas-
Noe del lm!l'tu
y
violencia de las agoa s;
no tienes que temcr , porqae nunca te a–
bandonare , ni te faltari mi asistencia .
•
Lo que se ha de emende r compa–
rativameote : No me enojare en adelante
como lo he estado hasta ahora , de mane–
ra que te deseche y destruya sin recurso.
s
Porque mas pronto seria movidos
los montes del si ·o qoe ocopan , que de–
xe yo de mi
rte coo clemencia , ni de
acudirte con la abuodancia de todos los
bienes , como te lo tengo prometido.
6
• .
us piedras
fuodamentales : los
A–
pos tol es , los ilustres Martyres, Confe–
sores , Padres y Dotl:ores , que te servi–
rin de cimientos y de adorno,
y
qoe
te
levantario hasta el Cielo con su d
rina
y
admirables exemplos de
pied~d.
tam–
bieo las virtudes Theologales , que son
como el fundameoto de todas las otras,
y
iin
las
que no pueden
ellas subsiHir.