LA PROPHECIA D E I SAIAS.
5
E go
Dominus , et non es t
am pli us: extra me
non
est Deus:
accinxi te, et non cogn visti me :
6 Ut
sciant
hi
qui a b or–
tu
Soli
,
et qu i ab occid nte,
quoniam absque me non
est.
Ego Dominus , et non est al-
ter,
7
Fo~ans lu~em
, et creans
tenebras ,
faciens pacem
,
et
creans malum : ego Dominus
faciens omnia haec.
8 Ro
rate, Caeli, desu per ,
et
n ubes pl
nt iustum : aperiatur
t er ra , et germine t Salvatorem:
et iustitia o riat ur simul : ego
Dominus creavi e um.
9 Vae qu i contradici t
fi
r
ri
isuo
, ·
testa de Samiis t err ae:
numquid
ic
l utum figul o suo:
i
Q uid faois., et opus tu um a bs–
q ue manibus
est?
IO
Vae qui dicit pa tri: iQuid
generas ? et mulieri :
i
Quid
p a r ur i s
~
tos do nde estab an anunci adas sus expedi-
iones
y
sus vitlorias con t anta distin–
cion .
Y
tambien , porque e l Senor le te-
11ia destinado
y
nombrado para tan glo–
riosas empresas mas
de
cien afios intes
que el mismo n:iciese.
'
Te ceii{
de fuerza : te ,,me: te
pu–
~e
las armas e n la mano .
~
Que
f ormo
el dia
y
la
noche.
Y
crio el ma! d e
p enalidad
que envfo · los
hombres para casti ga r sus pecados , la
peste , el hambre , la guer ra ,
y
otras ca–
lamidades
y
miserias public:Ls.
a
l
sentido legi timo de estas pala–
bras ' egun las entienden
y
exponen to–
dos los Padres , es este: D escienda el
Es–
piritu Samo sobre la PudsimaVirgen Ma–
xfa ,
y
coo su virtud haga la fecunda , pa-
1·a
que de a luz al J nsto
y
al Sal vador.
a
I ercm.
XVIII.
6.
/J..oman.
ix.
J..O .
5
Yo e l Senor,
y
no hay o ro:
fuera de
mi
no hay D ios: t e cen t
x,
y
no
me c
ooci te :
6
Paraquesepan todoslosque
hay desde
d ode
nace el Sol, y los
qu e hay d esde donde se pone, q ue
fue ra de
mi
no le hay. Yo el Se–
nor' y no hay otro'
7
Q ue for mo la luz,
y
crio
las
ti nieblas ,
q
ue
hago paz , y crio la
cal amidad
2
:
yo el Senor que ha–
go todas estas cosas.
8
Cielos,enviad deloaltovues–
tro rodo
3 ,
y
,las
nu bes lluevao al
justo : a brase la tierra , y produz–
ca al Salvador :
y
la j usticia
naz–
ca co n el: yo el Senor lo crie
4.
9 Ay
de l que cont radice a su
hacedor , vasija de tier'ra de Sa–
m os
s:
por ventura dira el barro
al que lo labra: ?,Que haces,
y
tu
obra
6
sin ma nos es ?
ro
Ay
d el que dice al padre:
?_Por que. me has engend rado
~
y
a la muger :?_Porque me has parido?
4 ·
En
quanto Hombre. Esta ·
es un:i
respues u del
Sefi.or;r
los deseos
y
plega–
ri as del Prophe ta ; como si dixera : Buen
inimo , Propheta mi o , que yo
ya
t engo
criado con mi eterno decreto a ese D iT i–
no Salv ador por qui
;1
suspiras ;
y-
le d are
el
se r d e Hombre ,
y
manife rare al
m un–
do en el ti mpo que fuere d e mi a
gr ado.
i
Porque en la antigiiedad e ran f.un o–
sas las vasijas que se hacia n de c
ta
tierr:i.
Veas e lo que dice PLINIO
Lib.
xxxv.
Cap
rur .
P
rp
al cabo er an no de oro
ni
de p fa ta '
0
de otro met al so lido
y
du r;i–
d ero , sino
d e
tier ra
ii
y
qu ebradiza.
'
P arece qoe no has t enido
.nJ no~
ni destreza
•d g~na
p ara hacerla , t an im–
perfetla
y
ma! hec.:ha la has sacad
o.
Otro
s:
Sin asas
,
las
q u e
po r
lo
que mi ra
a una
vaiija son como
las
manoi
e n el
bo.tnbre.