CAPITULO XLIV.
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insipiens adoravit illud , et non
liberabit animam
suam , neque
dicet : Forte mendacium est
in
dextera
mea.
•
21
Memento horurn , I acob
et
Israel , q
uoniam
servus
me
us
es tu : formavi te , servus meus
es
tu , Israel , ne obliviscaris
mei.
22
Delevi ut
nu~em
iniqui–
tates
tuas , et quasi
nebulam
peccata
tua :
revertere ad me,
quoniam redemi te.
23
Laudate, Caeli, quoniam
misericordiam fecit Doniinus: iu–
bilate , extrema terrae , resona–
te,
montes, laudationem , saltug
et omne lignum eius :
quoniam
redemit Dominus Iacob , et Is–
rael
gloriabitur.
24
Haec
dicit
Dominu.s
re–
demptor tuus , et formator tuus
ex
utero :
Ego
sum Dominus,
faciens ornnia , extendens Cae–
los solus , stabiliens terrarn , et
nullus mecum.
reges de nuestros dlas , reprobando el
'1Ulto que dan los Cbristi:rnos a las imi–
genes , llamindole idolitrico. Pero e1ta
es una calumoia con que preteodeo des–
acreditarlos ,
y
dar al un color a su li–
bertad, desenfreuo y
acatos. Los Chris–
tianos no creen que las estatuas de made–
ra, de oro , de plata... sean alguna dei–
dad, porque saben que la divinidad no
'e puede representar por ninguna de es–
tas cosas : tampoco creeo que en las im:i–
genes haya o se contcnga alguna v·
d
divina ; sino que las veneran solamente,
y
usao , ara conservar o excitar la memo–
ria
y
el gradecimiento bacia aquellos que
representan. Ultimamcnte los Gentiles a–
doraban a los hombres en
rns
imagenes
como a dioses ; mas los Christianos en la
im gen de Jesu Christo adoran al verda–
dero Dios :
y
eo las de sm Santos vene–
un
a loi S;ultoi.;
cada
co~a
segun
ill
c1.1l..
un corazon necio le ador6,
y
no
librara
SU
anima, ni dira: Tal vez
la obra de mi derecha es un en–
gafio.
2
r Acuerdate de
esta~
co as,
Jacob e Israel , porque siervo
mio eres
tu:
yo te forme , siervo
mio eres
tt.
,
Israel, no te ol vides
de mi.
22
Deshice como nube tus ini–
quidades,
y
como niebla
1
tus pe–
cados : vuelvete a mi, porque te
redim1
2 •
_
23
D ad ,Cielos,loor, orqueel
Senor hizo misericordia
3 :
saltad
de jubilo, o extremidades d·e
la
tierra, romped en alabanzas, mon–
te•
bosques
y
todos
SUS
arboles:
porq
ue el
Seno r redimio
Jacob,
y
sera glorificado
Israel.
2
4 Esto
dice el Senor tu re–
dentor,
y
tu
formador en el seno
de tu mad re: Yo soy el Senor, ha–
cedor de todas las cosas , q ue ex–
tiendo solo los Cielos, q ue afirmq
la
tierra,
~-
ningunQ conmigo
+.
to respell:ivo que le
corre~ponde.
Y para
que el Pueblo rudo no se fixe en las i1na–
geoes que veoera por costumbre , cuidan
los Pastores de instruirles , segun esta
.doll:rina de la Iglesia.
'
Como n
t
nitbla
que se desva–
nece con el viento , o con los rayos de l
Sol;
y
estoy siempre dispoesto a hacer
lo mismo.
a
·
e redimf
de la esclavitud de E–
gypto, te re<limire de la de Babylonia,
y
sobre todo te l'edimire del cautiverio
del pecado y del demonio.
i
Luego que el Pwpheta hac ·
en–
cion de esta redencion o
reseat~
, como
figura de la que habia de hacer el Divina
Redeotor de todo el mundo a precio de
su sangre; alborozado
y
llcno de jubilo
convida a todas las criaturas a celebrar
y
ensalzar tan grande misericordia.
.
•
Sin oecesidad de que otro me
ayude.