EL CANTICO DE LOS CANTICOS.
santis : A peri mihi, so ror mea,
amica mea , col umba mea, im–
maculata mea : quia caput meum
p lenum est r ore , et cincinni
mei guttis noc1:iurn.
3
Expoliavi me tunica mea,
i quomodo induar
Hia ·?
lavi pe–
des meos,
i
quomodo
Jnquinabo
illos? ,
·
4
Dileetus meus misit
ma–
num suam per foramen ,
et
ven-
z Como el corazon de
Ia
E sposa est a–
b a en vela ,
y
quien le hacia es tar as! e ra
e l amor de su Esposo; por eso , luego que
sinri6 llamar a la puert a , sac udio el sue–
fio , que no deb ia de se r muy
profun.do,y
oy6
la voz del Esposo, que le dec ia :
A bre·
me ..·.
N ose puede pinta r con mas vivos
co lores la so lic irud q ue aqu1 ·muestra el
E sposo po r todo lo qne mi ra al bien de
la
Iglesia ,
y
de cada un a d e las almas.
H ermana mi?t, amiga mict , p aloma mia,
inmaculada
,
o sea
p urZ.sinza mia
:
p ala–
b ras ·rod as d <f-'.la may or suav idad
y
terou–
r a.
A breme
,
hermcma mia
,
dame luga r
e n tu corazo n , pues y o te hice hermana
mia , haciendome Hombre por ti,
y
vis–
ti endome de
tu
natu raleza :
Amiga mia,
pues con mi mue rte te· reconcilie con mi
P _adre ,
y
te restitu1 a su amist ad :
P alo–
ma mia
,
qu e te hice , e nviando sobre
ti
mi D ivi no E spi ritu :
Inrnaculada mia,
h aciendo te p articipante de mis Sacramen–
tos
,
y
de todos los clones de mi gracia.
2
Y para obligarl a a que se levantase
J~1 ego ~
abrirle
,
)7hace p resente la nece–
s1d.adque tenia 'i!e t omar luego reposo,
di ciendo le, qu e cafa mucho rodo,
y
que
tr ala llena d e el la cabeza y los cabeJ!os.
El Senor ll ama una
y
otra vez al cora–
zon d e! hombre
,
usando d e las mas dul–
ces y ti
1
yrn as mane ras para ati,:ae rle a su
amor ; )' aunque ha lle e n el res istenc ia,
no por eso se re tira lu ego, sino que con–
t inua ll amando y espe rando con grande
paciencia , sufriend o cada di a mucho, se–
gun es nuestra dlireza
y
resistencia.
3
La Esposa en es ta ocasion d an–
do mues tras de una excesiva d elicade..–
za , comenzo a excusars e entre s1 ,
y
a
ma
a
la puerta
1
:
Abreme , herma–
na mia, amiga mia, palom.a mia,
inmaculada mia : po rque mi cabe–
za 11ena esta de
roe.lo2
,
y
mis ca–
bellos de las gotas de l as noches.
3 Despoje me de mi - saya
3,
i
c.omo me l a vestire ?
he
lavado
mis pies '
i
como los he de con–
ta
minar?
4 M r
amado
meti6
su mano
por
el resquicio
4,
y
al contaCto
manifes tar al gon sentimienfo , por tenei:
que levantarse a abrir la puer t·a ; como si
d ixe ra :
i
V a lgame Dios
! .:
por q ue no.
h abra ven ido mi E sposo, quando y o es–
t aba en pi e ,
y
a nt es de acosrarme ? Lle–
ga ahora ; quando
y a
estoy metida en la
pma ,
y
tengo mis pies limpi os
y
l:i va,–
dos ;
y
ahora tengo que ves tirme y man–
charme para levantarme a ab rirle. En lo
que se atiend e al d ecoro co nveni ente a Ja
persona,
y
a la limpieza
y
honestid ad que
goard aba. E sta excus a
y
t ard anza de la
Espo~a
, rep resenta la pen a
y
sentimien–
to que experiment an los va ron es espiri–
tu ales y d ados a la conrempl acion , los
quales teni endo que ente nde r en el nego–
cio de la salud d e los proximos , tienen
tambi en que atender a ocup :i cio nes secu–
lares , y temen justamente que los pi es de
las afell:os que lavaron con la compuncion
y
con las lagrimas , vuelvan otra vez ·a.
contaminarse con el polvo
y
con el lode>
de los negocios de! mun d o.
4
Dice ahora
,"
q ue como se detuviese
un poco en estas raz ...es cons igo misma,
y
en tom ar los vestid os para levantarse;
no sufri endo el E spo so la dilacion , tan–
t e6 de abrir la pue rta , y me tiendo Ia ma–
no por los resq uicios de ell a , procur6 d e
alcanzar a la
a.ldaba para abrirl a po r sl :
y
qne e!la sintiendo el ruido, tod a·muy t ur..
bada en
ver
SU
pri esa,
y
como causa ndo le
dolor en las entrafias d e la pe reza q ue ha–
bi a mo strado
y
de su t arda nza , as! como
est aba medio ves riJ a acud io a abrir.
1VL
L EO N.
A lgun os quie ren que es to sea to –
rnad o qe la hechura de las cer raduras d e
m adera que us aban e ntonces los ·I-Icbreos;
co.movemos aun en .el dia de hoy e n
la~