CAP
l
T·U
LO
XIX.
23r
el
hombre ,
y
por el
ayre
de
la
cara
1
es conocido el cuerdo.
et ab occursu faciei cognoscitur
sensatus.
27
Amictus corporis ,
et ri–
sqs dentium , et ingressus homi-–
n1s enunciant de illo.
28
Est correptio mendax in
ira contumcliosi : et
est
iudi–
cium quod non probatur esse
bonum : et est tacens , et ipse
est prudens.
K
MS. 6.
E
en
el
contmente de
la
ca–
ra.
Se .senabn aqui tres cos as, que par–
ti cularmente clan
a
conocer qui en es un
horn
re :
el vestido,
si ha
de
ser preci–
samen,te
a
la moda ,
y
con una afeCl:ada
limpieza
y
aseo ;
o
por el contrario , si
con estudio es extrafio
y
desalinado :
/1,1
rita,
si es descompuesta,
o
afemin ada,
o
con poca urbanidad :
al andar
,
si es ar–
rogante
y
descornpasado ....
~
El texto Griego :
Fuera de tiem–
p o o de sazon.
3
MS. 6.
En la ira de!
esc11rnidor.
27 El
vestido del cuerpo ,
y
la
risa de los djentes,
y
el andar
del hombre dan muestras de
el.
28
Hay una correccion fal-
sa
2
que
ce de la ira del in-
solente
3
~
hay juicio que se
pr~eba
que no es recto
4
y hay
qu1en calla
s
,
y este es sabio.
Quando se corrige a otro con ira_
y
con
iojurias ,
y
quando se le pretende ense–
fiar la virtud por medio de un vicio.
4
Porque suele ser precipitado ,
fal–
so,
y
nacer de la ira o de otra pasion.
5
D isimula
y
calla las faltas agenas,
o
p?Jque no se siente en disposicion de
corrcgirlas; o porque no la h:illa en aquel
que ha de ser corregid,o ; o porque es
muy rese rvado ,
y
va con mucho tiento
eo
juzgar de otros,
y
procura ex:cusarlos
antes que condenarlos :
y
este se llama
y
es verdaderamente sabio
Y..
prudente.
CAPITULO
xx.
Reglas que
u
deben guardar en la correccion fraterna. Del silencio. De
las dadivas
:
del hablar
JI
de la mentira. Remos de comunicar
con
otros la sabidurfa.
I
i
Quam bonum
est
ar–
gue re , quam
ira~ci,
et confiten....
tern in oratione non prohibe–
re
!
2
Concupiscentia
spadonis
devirginabit iuvenculam :
1:
~
Qufoto ;ejor es
que
corrijas con
lrnmanidad a un hombre, que no que di–
simules
y
calles , conservandole encono
en tu pecho?
y
quando reconoce
y
con-–
dena la falta que ha cometido contra ti,
110
le impida que se justifique , o que te
pida que le perdones. El Griego>£"'
o
av-
I
i
Q
uanto
mej,or
es
repre–
hender , q ue
g
.ardar la ira
1
,
y
al
que con:flesa
la
culpa
no ve–
d.arle hablar
!
2
El apetito del eunuco des–
hon
ara
la
doncella
z
:
Oo>..oyo vµ EVo$
a'1t"o
f.>
-.ct-r-rwO'ew~ 'Kw.Av0~0'£..-e<.,'
J
cl que coizficsa' fibre sera de d a fio.
:l
Es delito intolerable que los eunu–
cos , a quienes esti confiada la custodia
de las doncellas , se atrevan a contami–
narlas : asi son los
J
ueces injustos , que
siendo los depositarios de la justicia se a•