)
-3~-
ru
que
la
lHvisemo,. P ero
b~
icleas sistematkas de Montesquieu
y
de otros gran;;–
cles escritore , no me hat·an ilu.sion hast.."\ el punto de rendit· horn nage de apre..,;
c b
a los de,·astadores de una gran parte de
la
tierra. Pasamlo en silencio
cl
tiempo fobuloso de los reyes--materia de consejas con que entretiene n
tod;n ·ia
ii
los mucbachos
(~)--en
que no veo de cie1·to mas que la reunion de foragicloa
"'ficiosos
y
feroces:
l
que es lo que advierto desde que las noc ion es
bist6i-ica.5
'Cmpiez::m, d espues de la irrupcion de los galos, a Lornar algun graclo de
cer~
tidurnhre?
u
n punado de patl"icios duros
y
soberbios , transmi ti emlose unos
a
otros por herencia un plan de politica tan astuto como barbaro, dirigido con
impe1·turbable constancia a
la usurpacion
y
al ex terminio de todos l os pueblos
que vivian contentos con su independencia; la i11mo1·alidad rn enos
melindro~a
que sea pos ible imaginar, en la eleccion de medios pai-a ll eya1· a caho es ta
empresa; el engaiio, los ardides, la p erfidia, auxil iares eternos d e la viole n c ia ;
conculcando l os p:ictos, las prornesas,
la
buena fe; u n d e precio alta nero d e to–
dos l os placeres del entendimiento
y
d e la imaginacion (
"'~)
, asi como d e
las
anes pacificas ; una dominacion insultante , fundada sobre la espoli acion
y
lti
muerte .
«Mas la feliciclad d omestica compens:ira
a
lo m enos estos
atenta~os
! "
F eli–
cidad clomestica?
l
Conceptuaremos tal la opresion p erpet ua d e la nlasa del pue–
blo por una a1·istocracia sagaz
y
d esp6tica?
l
Seran indicios cl e ell a la reti1·ad a
al Monte- sacro, las usuras con que eran devorados l os ti·istes patrimo n ios de l os
plebeyos, los encierros
y
cadenas que agoviaban ::\ los deudores , la tiranla d e–
cemvit·al, los p erpetuos tumultos d el Foro rn:inchado con la sa ngre d e h cmbres
ilu tres, la alLi ez de los patronos contrastada con
la humildacl de los cliente
?
C.
Ha llaremos esa felicidad en
la~
guerras soci al y servil , brotes n ecesar ios clel
d e pccho de los op1·imidos; e n las continuas dictaduras creadas p ara agrovar el
f·erreo yugo que pe:;aba sobr e los ciudad anos, sofocando sus clamores; eu
la
opu–
l en cia d e fomilias p ri ilegiadas comprada
a
precio de l a miseria universal ; en el
de~precio
con que era mirado el pueblo mal di frazado con lisonjas,
y
q ue ex–
citaba l as insuneccion e
tribunicias; en los d erechos pol iticos hudados '
a
excep–
cion Je lo dias tumu ltuosos en que , despues d e h acer asesi nnr arteramente
a
5
Gracos por mano d e
us mi;mos pro tegiclo;, cejaba por al g u11os momentos
la insolente
liga rqui a?
«
Breve
t
in foustos populi romani a.mores». ( _,, )
No me hablen de un
Pueblo-1·ei,
donde innamerables eschvos, gimiendo ba–
jo la coyunda 1nas inhumana , erau u ·atados corno
cosas
d e preciables ,
y
de–
goilndo
a
c utena1-cs en la hahi tacion de un nC>ble asesiuado ; no me hahlen
de
(•) Niebuhr, Beaufor t,
c •
.....)
.
rota
.a
• •• )
T acit. Ann. U .
U.