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va desc;endiendo · en progrcsi on acelerada cacla dia mas <ib:ijo; nacli e qniere obe""'
decer , ui sabe ma nclar; la lei es un nombre tan inisorio como el de moral
0 virtud publica; los juramcntos se multiplican
a
la par con Jos pe1j11rios; la
pJuma del abogado suhleYa
l<is masas, que d iezma la espada del solJado 6 la
$esur del verdugo. Cada uno de los efimcros gefcs recuerda que
«Le premie1· qui fUt roi , fUt un soldat heureux,
»
y
al fin e reputa d ic hoso si no cae mas que hasta el cle tieno. No solamente
lie carece cle vedatlc1·a libcrta l p litica , en el seno caot ico de rebeliones mili–
tares , venganz is
reciprocas de los bandos,
y
usurpaci ones de la autoridad;
sjno que la
li ~Jertad
civil, el respcto
a
la
propiedad '
la seguridad del domi–
cilio , son cosas casi <lesconocidas. Cada conmocion, segu ida de un nuevo pac–
to social, es pintada como el final
triunfo de Jos principios tutelares de
la
socied;id hum.-ma :-cad <i una de ellas llcva en
p~s
de si el sacrificio de nuevas
\"ictimas, cl o lrncismo
y
la rapiiin.
Quien me acuse de que r ecargo d ema siado las n cg1·as tintas de este bosque–
jo , 6
tienc interes en ocultar la \·erd aJ ; 6 no con ce l o que es un pueLlo, en
general , sin ed ucac ion, sin tra<liciones, ni
freno ;
de~moralizado
por uno lucha
brga
y
cruelisirna, ab<.indonado a si mismo sin guia , consejos, ni amigos; lan–
zado improvLamente en
la
resbalatl iza senda d e 1a democracia, cuando se lialla
di~i<lido
en castas que mutuamente se od ian
y
J e precian, que apenas conocen
Jas yent.;1jas del 6rclen, de
la
poz, de
la
honrada indu tria ;
y
que, eorrompi–
das por la superstjcion anti gua llevada al pun to mas degradante,
y
descan iadas
por las predicac iones an::ii-quicos d el ti em po actual ,-c..Cen li cito cuanto hal::iga
ius a1clientes pa iones , l oab le cuanto promete la Yi ctoria sobre sus ri,·ales. ("')
Un hecho constante, dignisi mo d e atencion, es que l as bre,·es pe1·iodos d e cal–
ma
y
6rden p i'.1blico ,
y
por consig·ui cnte C1e m ejo1·a en su situacion econ6mica
Y
rentistica, que han disfrutatlo los Estados sur-americanos, se han debido iini–
camente
a
la d ominacion absoluta de un Gefe milita r cle sanas intcnc ioncs; quien
Se
ha vLto obligado a su<pe11rler b autol'ida<l <le l a Consti tucion
y
d e las
leyes~
J
a
obrar
COU
arrcglo
a
Ju
inspiraciones de
SU
COllciencia.
Introducir la <lemocdcia en cunlc1u ie r pais preparaclo de antemano por
la
educocion intelectual , por las ha!Jitudes
y
buena costumbres, por la frugalidad
y
la templanza ,- eda siempre
llll
experimento peligroso
e
iucierto :-mas intro–
ducirla en la America qne
fue
Espanola, ha sido un error fun esto , un cdmen
de lt>sa humaniclarl ;--ha
~iclo
lo mi mo que repartir
:i
una ti·opa de nii'ios 6 de
amen1 es mixtos combustililes, teas infiamadas, armas de to<la especie , para que
1e mutilen
y
degii.ellcn . Pareceria que en las ribcras de aquellas infdices regio·