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nen de peso ; son por ultimo del numero de
aquellos hinchados , de quienes dice el
A
pos–
tol (
1 );
que se jactan de sabios,
ya
la verdad
Ill:!
lo son : presúmen serlo , si;
y
para parecerlo
visten muchas veces plúmas agénas como la
Cornéja. No fué asi Tomas, que estudiando el
verdadero modo de saber ·, procurab
1
a siempre
ocultar su talento
y
sabidurla ',
i
reputandose
por el mas minirno
e
ign.orahte de todos. Fué
su sabiduría muy alta , pero jamás fué altí–
va; porque sabia muy bien que el mejor y
mayor sabio del mundo. es el que'! sabe sén
humilde : por esto ni en sus disputas , ni en
sus
escritos ,jamás desacreditó
a
los otros, aun–
que refutára sus errores
,e
impugnára sus
opi–
niones ; y quando e
'veía
preai~do
a
dfifen~
dér Jos der.echos
de
Ja,
verdad , procuraba
siempre guardar las inviolables reglas de la
caridad :
con
esto logró Tomás.gamrrse·los
co~
razones de sus· mayores émulosi
y
comtrarios,
y
grangearse el mayo.r afecto y estimacion;
asi se vió en los Burgenses , Thamerios , Per–
rónios,
y
ot1o.s Judio,s
y
Hereges
1
que leyenA
do
las Obras de Tornas ,
o
para burlar
o
irn–
p\:1-gna,y.-}.
verdt:ia·;-se
·-hflllitrem tan-
dulcemett–
te presos en su Mtlor
~
que fueron despues
sus
( 1)
I.
ad Corinth.
ai
8.i
v.
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lí,
ni
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