30
mo confiesa (
r) ;
pues Señor , llenos están nus
escritos de defectos, pero no proceden de ma·
licia, sino de ignorancia; y asi usad conmigo de
misericordia :
ignorantias meas ne memineris
Domine.
¿
Qué es esto Tomás
?
i
qué es lo que dices?
¿ignorancias tus escritos
?
i
No dixiste en cier–
ta ocasion , que tu ciencia era del Cielo (
2)?
¿Acaso el Cielo te dictó ignorancias
?
i
Por
ventúra Dios te pudo infundir errores
?
Pero
mira que
sed contra
est
auctoritas Ecclesiie,
que
es el argúmento de que te vales muchas veces
para establecer
y
probar tus Conclusiones (3):
mira que
la
Iglesia despues de tu
muerte apro–
bará tus escritos por tan sabios,_
y
púr.osde todo
errór, que Clemente VI. dirá que
tu
doctrina
es la mas verdadera sin contagio de falsedad, la
mas clara y la mas útil sin tedio
,
ni vicio de obs–
curidad;
Inocencio IV. afirmará' que
tu doctri–
na
,
a
excepcion de la Canonica
,
es
la
mas segú–
ra,
inexpugnabl/y celestial:
Sixto V.,
Ciernen~
te VIII.
y
Paulo V. testificaran que
tu
doctrina
es lúmbre clarísima de la Iglesia
,
y
regla
cet·tí~
sima
•
(1)
Epist.
i.
adTimoth. c.
i.
v.
r6.
et vide D. Thom.
in
psalm. cit. et in exposit. ad cap.
1
n;
ejusd. Epist.
(2)
Vide ejus vit. in
P.
Bris.
(3°) D.
Thom.
2~
2'7
qwrst.
1.
art.
s.
et
9.,
3.
part.
qua:st.
72.
¡¡ft,
4.
et
qua:st.
7
8.
att.
3.
et'
alibi.
'