2·g:
Napoles
y
el Abadiado d..! Monte Casíno ·, que
liberal le ofrece Clemente IV. con el despacho
de la.s Btüas;
él
se mini indígno del empléo
"de
Theólogo Consultór,
a
que rnirandole qua1
Angel del gran conséjo, le llaman Urbano IV.
Clemente IV. y Gregório
X.
para el
felíz
y
acertado govierno de la Iglesia; él pide
y
su-.
plíca encarecidamente
a
Dios todos los dias,
que le dexe morir en el estado pobre
y
hil–
milde de Religioso;
é1 :: :
Pero".¿qué me canso
y
molesto vuestra aten-.
cion en referirns casos particulares .de la .abís–
rnada humildad ' de Tomás
~
Bastará para que;..
dár
convenci
dos,'que os acordeis de aquel di–
cho o dia en
\
J.Ue,anonadado Tomás en sí mis–
mo, pone sus Escritos ó Cartapacios1á los pies
cle
un Crucifixo ,
y
allí ·
con la 'mas profunda
húrnildad nacída del intimo de su corazon le
dice aquello de David :
ignorantias meas ne
memineris Domine
(1);
perdonadme Señor,
y
no os acordéis de mis ignorancias.
A
David,
Señor, porque faltó en algunas cosas por igno–
rancia, le p rdonaste benigno.
Al
Apostol le
p
rdonaste 1 pecado de haberos perseguído:J
porque obraba con ignorancia,- como
el
mis-
E
mo
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