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sígue
a
Santo Tomás- ,
y
serás hecho Angel
y
aún Serafin (
1 ).
Basta.
Hasta aquí mi siempre venerado Maestro
ha podido llegar el corto
y
debil talento del
mas minimo de vuestros Discipulos :
a
V
os
debuelvo lo que de Vos
he
recibido ; pero
ig·
norantias meas ne memineris
;
perdonádme,
Santo mio , los defectos he cometido en vues·
tro Panegírico, pues bien sabéis que no ha
sido complice la voluntad , sino en todo ca–
so la ignorancia.
Y
si Dios os envió al mun–
do para defendér su Iglesia con vuestros Es–
criros , ahora que estáis en el Cielo tan cer·
ca de Dios , librádla con vuestra poderosa
proteccion de tantos errores
y
enemigos co–
mo al presente la afligen ;
y
pues en otros
tiempos debió nuestra España
a
vuestros tra·
bajos
y
desvélos verse purgada de varios erro–
res que la infestaban (
2) ;
alcanzád de Dios
con vuestros merecimientos se conserve has·
ta la
fin
del mun
en aquella púreza de
Fé,
Religion
y
Doctrina , que hemos herédado
con la sang:e. Por ultimo si fuístes
un abis·
mo de
sabiduría
y
un abismo de hwm'ldad;
co-
( 1)
Bris in vit. D. Thom.
(2)
Alúde al motivo que tuvo el Santo para escri–
vir
la
Suma contra Gentiles.