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-265-

federacion italiana. Entre otras obras escribió :

La razonfilos6-

jioa

y

la razon,cat6lica; EnsatlJo sobre el

or~gen

de las ideas; L a

Tradicion

y

.

los semipelagianos de la jilosofia)" El poder político

y

cristiano; Ensayo sob're

el

poder p úblico; ExposiOÚJn de

las

le–

yes

naturales en el órden social.

. Antonio Rosmini-Servati, nacido en Roveredo (1 797-1855).

Hizo grandes esfuerzos durante su viJa por atraer los sabios

á

la

religion,

y

los cristianos

á

las ciencias; tuvo por adversarios ilus- '

tres

á

Gioberti

y

Lamennais. Rehusó la dignidad de cardenal en

1848, pero sirvió

á.

Pio IX corno ministro de Instruccion pública

con el conde Rossi. Escribió :..nas de treinta volúmenes de filo–

sofía espiritualista. de un estilo firme

y

correcto:

Principios de la

ciencir¿ moral; Historia comparada de los sistemas, Filosofía de

7a política ,del derecho; Antropologia, Psicología, Lógica, Moral,

Teodicea,

Si.

&".

k

Vicente Gioberti filósofo y hombre de Estado, nacido en

Tnriu (1791-1852) abrazó la carrera eclesiástica. ' Entre otras

obras ha publicado:

Teoría de lo sobrenat'ural; Introdu,ccion

al

estt,dio de la filosofía; De lo bello,

y

atacó las tendencias al pan–

teismo, y combatió

á

tamennais

y

Rosmini. Murió súbitamente

en Paris

y

le han eleV'ado en Turin

un

monumento nacional. Sus

obras ban sido puestas en el

I nde:c.

.

Tambien gozan de una celebridad

unir~nml

Juan Perrone,

Mateo Liberatore, José Prisco

y

otros.

xxv.

La filosotla en Espaiña en

d

dglo XIX.

Hubo un tiempo en que España poseta una brillant pléya–

de de hombres eminentes en todos los ramos del saber humano;

baste recordal'

á

este propósito los nombres de los escritores

ascéticos como Santa Tere a de Jesus y el

V.

Avilaj de

108

histo–

riadores como Mariana

y

olis; de los poetas como Herrera y

CalderoD; de los Teólogos como Suarez

y

Melcbor Cano; de los

juristas como Cobarrubia Gregori o Lopezj de los sabios

y

erudi–

t-Os como Luis Ti"

S,

Benito Feijoo y otros mil. En aquella época

no babia ni ngun pai de Europa que pudiese mostrar ingénios tan

grandes, tan profundos, ni tan excelentes. Pero el espí itu revo–

lucionario cambió ompletament(} este estado de cosa, produ-

,i Ddo en E paña u pemiciosos frutos. Con las teorías

Sl'll

ua.

li,

tas yecléctica importad de Francia,

y

con el pantei mo de

'[rause prop gado eu la. cátedra por Sauz del Rio, comenzó

á

di–

f

ndirse en la católica España el racionalismo, lo cual dió lugar