to de
mantener relaciones ilicitas con' la entenadn?_ Nada sino acallar,
y
en casg
tal, es la"imprenta el recurso que ofrecen la justicia
y
la' moral:
es
la
iqipren~
la·
iV6Zí
que clebe pregonar ciertos crímeneS-,
y
el código en que debemo3
acosJ
tunibrnrnos
á
jusga,.r ·esais enorm€S faltas, que tanto relajan las costumbres.
No se diga que los hechos privados no deben salir de los-umbrales domesticos,
poc· que siendo cri •nindles afoctan gran parte de la sociedad,
y
An consecuencia
d_eben sel· conocido,i por los asociados para escarmiento
d~I
culpable, dique del–
inocente
y
ejemplo de la multitud. No se diga que publicar los actos privados es -
dar lugar al e,.:cándalo",porqne mas
e~candaloso
y mas perjudicial seria la toleran–
cia una vez conocido el mal. ·La jóven que ve entre goces
á
una mujer cor–
rompida: .que la ve convidada.
á
las mas esplendidas tertulias
-y
atendida
por·
la notabilidades del pais
¿
qué tPmores podrá tener de incurrir en las
IU:-tS
ta·
mafias faltas? Al paso que si la viese no admitida en las r1·uniones,
y
despre•
ciada por
la
opi11ion jenéral, bien se cu;daria fSa jó•en,
.de
dar
el
ma~.pequeño
paso que pudiera hacerla desmerecer. El facultativo que encu"ntra un miem–
bro engangl'enado, debe cortarlo al instante para evitar que el resto del cuer–
po
~e ~ngangrene
tambien-no"hacerlo seria concentir la pérdida del paciente.
, Cuando los vicios
SI'
cubren con la sombra del
~iglo,
la disolucion corrompe
y _
contamina todas las ·clases socia les,
y
poco
á
poco,
como dice un filósofo, aun
la :
ht,nestidad, puestaen rídiculo, tiene que sonroja1se dcsi misma. ·
¡
•
.,
Hay mas. Los .usos y las leyes deben adecuarse al éarácter
y
costumbres
de ·'
aq·ueltosque las obsnvan. Cuando la mujPr no.tiene freno que. Ja coµt• nga,juez ,.
queJa juzgue ni lt ·y que la sent('ncia,publiquense sus faltas para escarm_entarálas
~
una.~,
contener
á
las otras y mor11 lizar
á
la jener!lliuad. Hag_ase
q~e
la
impr.en-
~=
ta
sea Ja ley, el ·juez
y
la sentencia de' la mujer culpable,
que
qui'zá
de este '·
mt1<loj estirpando los padecimiontos que adolecen nuestras
soé~edad·<.>s,
se
con;Se- .–
guirá: qme el número de malos mat.rimonios sea mucho menor. Este es mi
1110· -
do de pensar,
y
este el que pongo en ejecucion.
Lejos-de mí, sin embargo, f'l ánimo de acusará persona
deter~minada:
mi
in
te.res ho es otro que el de referir al pú blko una anécdotn que hago remini· -
sencia
se
me contara,
y
al
intento me dirijo
á
mis lecto_res, porque dirijirme
A· -
los tribunales seria confundir lo blanco cnn lo negro.
En
lós tribuna·;es bata-
1
llan Ja justicia
y
la
injusticia, triunfa muchas
vece~sta
y
sucum·be aquella,
l?~
·
• 1'-
que
al
mftujo deLoro
1
cuantas
ocasione~
se ve lo qui' menos se espel'a'bii
!
~
,
qt!lien no solicita sino antes b;en desprec ia, quien no acusa s1!10 relata,
y·
quien :
no busca para el delincuente castigo alguno personal, no d.ebe buscar
ta~ngoco
<
otra:
fa.lbque ·el d·d tribunal de
la,i
~0 · 1ci.,ncias-tribunal
inexorable, en don·
de no podr
m
influir los capitales que un
hombr·-~
jenProso, sin preverlo,
p~siera
en manos de l;t intriga para que con ellos,
y
n
hurtadillas de él, se iievase á_ci· ,
ma
la mas pérfida de las maquinaciones.
Mé
di-rijo, pues,
á
mis lectores: pido
á
cada uno que en su conc:enCia
i
con _:___
conciencia falle encontra de aquel que, del desenlace de los sucesos que paso "
á
'referir, apares ca digno de la execracion
universal~
En tanto, hasta
de
éKor•
di'o,
es tiempo va de
comen~ar
mi tarea.
·
·
' Uofia
·Paca, viuda de un antiguo oficial de la conquista, casó con
D. ImnÚn·
dó
llev~ndo · a
sus i-egundas nupcias tres hijo:'l-dos váro_nes
Edo
y
Adro,
y
una mu.Jer, á·la que
(por
sn el nombre de mi esposa-el
~as
querido para
,mí)
Ua–
maremos
Rosa
lía -su ·apellido era"'el de Borjia.
D.
Inmundo hizo pasar la infancia
á
~stos;Jmérfanos
lo mas distante que pudiera de si. La nifia
fué
entregada al ,
CUJdado de un.a noclri '" a,
y
Jesp,ues de la muet·te de esta puesta de al•1mna in ter- ,
na en .un coleji·o. donde se
l~
man.tubo hasta que cumplíera•los diez
y
sei~
aj\os
de
su -eda<:I.
No
ha
faltado quien diga que esta conducta presa,1iaba esperanzas
§ioiestras:
q,ue
el
obj~to
ep
ei de no familiarisarse con ta
eijt~nada,
uo
ª.Pª1'~1
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