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~11'
es ';
111CUrren, haciendose'habitadó:';
res perpetuos de las casas de juego,
•
1
,
Y
conver aClon; asentarell10s, que
el}
esto, COlno en las dernas cosas
hU111anaS , debemos .elegir ellnedio.
Pues asi COlno el tener por unico
c111pléo el juego,
y
la conversacion,
es dañoso, apartandonos esta
ulti–
ma
de
las graves,
y
precisas ocupa–
ciones de la vida,
y
arrojandonos
ordinarianiente el prünero ,
110
solo
en
esta falta por el tielnpo lnal elU–
pIeado, sino. en la disipacio.n de bie–
nes , juralnentos , inquietudes de es–
piritu, discordias,
y
otras
111il
in–
dignidades, que
el
tOinar
el
juego
po.r oficio ocasiona. Aunque tan1-
bien tuviera 'no. po.co.s perjuicio.s,
é
inco.nvenientes, asi el hallarse uno
incapaz de jugar, pues en tal,
ó
qual
ocasio.n puede ser el juego. necesa...
rio., tant o para el co.rtejo.,
y
agra–
do
del
Principe,
Co.111o.
para
contri-
\
'.
Pd
3.
.
buÍr