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EL
HOMBRE
.cebo holgarnle de que '
me la dén.
No siguió lni consejo? Debo sentir
:el daño que esto
le
ocasionará; pero
no debo negarsele orra-
vez. Res–
pondiónle con inlpl'udencia
?
Para
'eso tengo bastante valor,
y
confian.:. '
'za, que me la haga tolerar. -
Fué
codicioso,
y
me negó sus bienes?
-Continuando yo en 'franquearle los '
111ios,
á
10
menos havrá un liberal
~n
este cuerpo de fraternidad.
Y
en
fin ,
con decir, que
á
tocio '
qüantQ
'se
oponga
á
la ul1ion fraternal, de–
benlos oponernos nosótros, como
¿añoso, por todos lados,
y
<;on–
sideraciones, queda dicho quanto
tocante
a
este punto
se
nos puede
ofrecer.
j
Ningunos vinculos
puede
haver
tan estrechos en el orden natural,
C01110
los
que dexamos 'referidos de
padres, hijos,
y
herm'anos; pero '
despues de ellos
vienen los
pa'rente.S~
,o~