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EL
HOMBRE
po teridld indivisibles
sus riql1eZl ,
huvie e Sie111pre un poseedor
d
ellas, capáz de ayudar
á
lo
hono–
Ies ,
y
bienes de los otros hernlanos,
para
que
en una 111islna fan1i1ia per-
111aneciese largo ti 111pO la autori–
dad, que trahe consigo el poder,
y
señorío,
y
no viniese
á
perderse
I
te
jnsensiblen1ente con
la
separacion
de bienes, que por curso
1
de tienl–
po traxese
á
pobreza su posteridad.
Introdnccse lDuchas veces,
la divi–
sion en las fauli1ias, por
la
ll1alicia,
y
adulacion de
los
domesticos,
ó
por la e111bidia ,de su unÍon , que
desearán rOll1per los extraños: cuya
.
.
prevenc~ol1
es
ll1Lly
necesarIO tener
delante
de
los ojos
~
para
no dexar–
se llevar de senlejantes inlpresiones,
despreciando
10
chis111 1.'S;
y
si
por
u
ltinlo se
dá
el'
diro
á
cosa que oca–
sione
q
neja, dandola
sin
aspereza
á
cl .herulano,
explicando
con
blan-
du-