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2.
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4
EL
HOMBRE
buena policía de los P'ueblos,
y
cuI.
tura de los clinpos , hallarénl0s, que
la
li1a
yor parte de casas sujetas
á
sen1ej~ntes
gravanlenes, dentro
de
pocos años se convierten en otras
tantas ruinas, que afean,
y
enlba..
razan la poblacion, sin
esperai~za
de reparo ; porque el
que
pudie–
ra ,
Ó
quisiera hacerle, cOll1prando–
las, queda jnlp9sibilitado
de
ello;
y
el poseedor , que debiera
man-
]
/
I
d
°d
I
tenel' as el? ser, o por esCtll o, o
, por falta de caudal"
ó
(lo que es
111as ordinario) por inirar cada uno
C0l1l0
ageno , aquello de que no
puede disponer absolutanlente , lue–
go que la renta , cuyo fruto go-
,za , no es lTIucho mayor que
el
gas–
to para
lnanten~rla,
la
d~xa
perder,
, aplicando sus bienes proprios
á
otJ=-O~
al1111entos ,de que venga
á
qUedar '
dueño absoluto.
Y
aunque parezca,
que bastaría 'el cuidado de los Ma-
.
glS-